domingo, 20 de octubre de 2013

POESÍA: A PACO ARENAS AHORA QUE EL OTOÑO EMPIEZA A CUBRIR NUESTROS CABELLOS






Tengo miedo de mirar
en esas páginas de un calendario
una fecha y un mes y un año concreto.
Tengo miedo
en volver la vista hacia atrás
no fuera el caso que aquel  pueblo Pinarejo
en el cual me vino la luz a los ojos
y el aire frío de un invierno
hasta los mismos alvéolos pulmonares
del tórax de un niño de pecho,
solo fuera humo negro.
Me entretengo y en ello
hay algo más que recuerdos
revolviendo
las cómodas y los cajones
donde se esconden los papeles viejos
y veo entre ellos,
una cartilla que lleva una fotografía en blanco negro
y un apunte sobre la parte trasera de un cuaderno,
y un pasaporte sin más sellos
que un águila robusta con mal ceño
y sigo en eso de mirar
hasta allí donde contemplo
un viejo molino y una carretera
que se pierde entre los cerros
y como pinarejero que siempre lleva encima a su santa
y a su cruz
y el sudor de sus muertos
me siento
en esos poyos de piedra
o de cal
o de cemento
donde nuestros abuelos encendían un pitillo
de caldo de gallina
o de fideos
y contaban a sus nietos
que el mundo se acababa no más allá de la Montesina
y que por el Castillo corrían bandadas de cuervos
y que en Santa María del Campo Rus murió en una poza un hombre que se equivocó de sendero
y en esto
amigo, Paco Arenas,
me viene también todo aquello
que tienen que ver con esos soldados de la II República que murieron
llevándose con ellos al cielo
una bandera por la que lucharon,
bandera que yo veo
cuando sale el arco iris
y de entre todos los colores cojo aquellos, rojo, amarillo y morado,
que hacen a los hombres más libres
pues no teniendo reyes ni yernos ni herederos
el aire huele al perfume de las rosas
y de los vientos que se llevan lejos
el olor de las espigas de avenas, trigos y centenos,
tan lejos
que las patrias libres de cencerros
en todos los sitios son iguales
al igual, repito en ello, que los pellejos
de las botas de vino que en aquel nuestro pueblo
colgaban de la galga que servía a los carros de freno.

Autor: José Vte. Navarro Rubio
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