sábado, 23 de julio de 2016

POESÍA: POR PINAREJO VUELA MI MEMORIA

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No, en la noche no,
por si acaso fuera
que en la noche traidora,
ella la noche
se fuera, de ronda, ella,
por los arrabales de las ciudades viejas.

En las noches de todos los siglos
han llorado ellas,
las madres buenas
sin más recompensa que la fe puesta
en las altas montañas con sus crestas,
tal la vida reposando al abrigo de los vientos que traen las malas tormentas.
sus hijos a resguardo y ellas
letanías más letanías
consumiendo la cera de las últimas velas.

En la casa
hecha
ella
como los viejos telares
con las manos prietas
se respira
ambiente de fiesta
para cuando las noches pasan
y se llenan las alacenas
de ese alimento que colma el hambre que duerme en las muelas.

Pueblo de Cuenca,
en La Mancha su nombre resuena
al olor de los pinos,
viejas sus cortezas,
raíces prietas y ramas al aire de sus esbeltas cabelleras.

En la plaza domaba, cual caballo, su tronco, el pino,
era,
el pino viejo,
y a su sombra crecían batallas para las lunas plenas
de golondrinas volando, entre borracheras.

Quizás, él, ese pino sea
cual pino más que bandera,
el último árbol que pase por mi cabeza,
al solar de la vejez
para cuando los campos se llenan de ababoles y buenas siembras.

Autor: Jose Vte. Navarro Rubio



POESÍA: EN UNA JORNADA Y A TIRO DE CULLERA POR AQUELLOS SIGLOS

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En la vuelta al día a día,
en otros siglos,
batallas de gloria, sin otro futuro,
que la tierra conquistada,
grano de trigo,
con que llenar los silos
de los pueblos invasores que matan por orgullo.

Sobre el camino,
polvo que se levanta,
la coz, la pisada, herradura marcando el sitio
avanza un ejercito que se cree llevada por un Dios que cabalga junto
a un ejercito de pobres,
casi mendigos,
de muchas lenguas con apellidos característicos
de tierras de otros dominios.

Por allí llega,
allí junto a lirios, flores de un río,
beben agua, sacian sus apetitos,
los conquistadores con sus ojos puestos
en las almenas del alto castillo.

Si un Rey
que cabalga el primero
y es el último,
si un caudillo
que yace en las noches soñando con sus hijos,
si el lancero supiera de su destino
que no es otro que asesinar en nombre de un pueblo invicto,
si todos ellos juntos
volvieran sobre sus pasos,
antes de saciar sus instintos asesinos,
el pueblo que se divisa junto a la mar
por los siglos de los siglos,
les daría
¿que daría
la madre que se ve de luto?,
¿que daría
el padre convencido
de lo  estéril que es la vida
para cuando la luna sale sobre los juncos?

Cullera resuena
su nombre va escrito
en un viejo pergamino,
sangre y lodo
las letras confunden el oficio
del escribano de turno
que ya pone el día en que su Rey se hizo
con tan apetitoso dominio,
perla, junto al mar, al lado de un río,
con su montaña acariciando las casas y murallas que buscan su abrigo.

Autor: Jose Vte. Navarro Rubio

POESÍA: EN CULLERA ENTRE CRECIENTES MUY GENUINOS

Bastón de mando en hueso de época Magdaleniense. Museo de Prehistoria de Valencia.


De otro istmo,
península,
en la Albufera
de la costa levantina,
allí el timón del barco marca nuevos rumbos.

Atípico en el pico,
sobresale su castillo,
santuario, ermitaño, juicio,
montaña sin huéspedes,
ya vencido
el sueño de los milanos,
ya huido el último de sus inquilinos
en las barcazas de Iris
hacia las tierras, desiertos, que hay junto al río Nilo.

Ese es mi reino prohibido,
con sus faraones, animales míticos,
pergaminos
y mastabas
y pirámides creciendo hacia los espigones donde murmura el aire viejas estrofas
robadas en las noches en que el mundo se viste de luto

Remontado el abismo,
casi brazo caído,
de la cabeza que duerme
junto a las murallas, construidas en otros siglos,
Cullera, vence su orgullo,
quisiera ella, así lo intuyo,
volver al rumor de otros siglos,
cascabel de cabras, olores a pinos,
volcán apagado,
gritos,
de las aguas marinas
subiendo sin retorno a través de la garganta felina
que se abre en la loma del Faro en forma de cazo de sopa caritativa
con que saciar el hambre de los peregrinos.

En el hospedaje
de las pensiones
abiertas a la paz de un pequeño mundo
es el murmullo
el que eleva anclas
y se va, pasiones en la noche yaciendo entre sudores, camino de un río
abierto, vena en su último murmullo, al corazón del mar, su amigo.

Fue la mano de un mago
casi divino
ancestro
por estas tierras nacido
el que dio la luz
a los paisajes sacados
de la memoria del olvido,
ya él niño,
ya anciano con la cara rota por el salitre de los despertares entre las telas tejido
su orgullo,
ella la madre tierra,
mujer vestida para este momento oportuno
y el un Dios por este día bendecido
entre arenas y quejidos
del agua, de la tierra, de los últimos pescadores en la mar jugando con el destino.

En el destierro de la paz,
volcado el día
en su frenético ritmo
de dar luz,
calor a quienes se invitan a si mismo
a ese banquete último
en que el cuerpo juega y se deja llevar por el ritmo creciente
de los orgasmos, sal de la vida, dulzor, más íntimo,
vuela el águila perdida
a la sazón buen presagio en las ribera de ese río
donde las mujeres esperan las barcas que traen a sus hombres vivos,
el retorno es el triunfo,
la muerte, no es lo mismo,
para cuando se vuelve el pueblo de luto
y la vela se hace eterna, en la noche de todos los siglos


Autor: Jose Vte. Navarro Rubio

POESÍA: BUENOS DÍAS, EN ESTA, POR HOY, MAÑANA

Tu que renaces en la mañana,
convirtiendo el día bajo tus alas
en agua fresca,
casi almíbar de melocotón y frutos de las zarzas
en esos gozos que le faltan
a los últimos días de un mes de julio en la playa,
¿donde estas para cuando el calor penetra a través de las persianas?

¿Si todo pasara
si el planeta en el que a diario te levantas
fuera diferente, tan diferente, en esta mañana.
que daría yo,
que darían esos que se fueron si más miradas
que el horror de la muerte
viniendo a lomos de caballos de metal y chatarra
sobre patas infladas,
volando sobre los adoquines por donde paseaban camino de sus casas?

Cada cual se levanta
con esas sensaciones propias,
para otros extrañas,
cada cual en su mundo,
así avanza la mañana,
en unos duelo,
en otros sol en la playa,
en otros trabajo mal pagado, casi limosna barata,
en otros hambre en sus propias carnes,
así se come,
así se caga,
así algunos nos defraudan,
así sea dicho,
así lo leas
y así aprendas que vives pendiente de una posible desgracia que nunca da la cara.

Autor: Jose Vte. Navarro Rubio

POESIA: LO QUE FUE DE UNA CATARATAS, NO LA DEL NIAGARA

En el mismo día no pudo ser
que el sol tanto avanzara,
tapando los cielos, 
remontando las montañas,
hasta allí donde solo llegan las Águilas
con sus alas.

Fue una catarata
inmensa, con su agua
y rayo que todo lo ciega,
y luces extrañas,
como si el lucero fuera de oro,
como si la cara estuviera tapada,
todo tan grande,
todo y nada,
la vista en sus manos, 
la vida regalada,
el rumor del día, 
la calle a mis espaldas,
todo comienza, igual que acaba,
viendo la luz del sol,
sintiendo otras miradas,
en la mañana cerca de Ruzafa,
barrio que lo fue, 
todo se acalla, 
alto de Valencia,
lejos de sus murallas,
con sus acequias de frías aguas,
remontando los campos, sonando a juegos de niños bajo  una parra.

Autor: Jose Vte. Navarro Rubio

POESÍA: NO VOLVERÁN OTRAS MAÑANAS

De los veranos sangrientos
los hubo con sus guerras
cayendo sobre ellos la fuerza
de las armas,
de los hombres en las trincheras,
en ayunas,
con la barriga llena de miedos y dolores
apuntando a la cara
del joven que mira como la muerte avanza,
entre minas, ella,
por el cielo tan larga,
que en el verano de su vida,
fue para ella, esa carta,
sobre el barro convertida, al igual que las estatuas,
en vida eterna, en la mañana arrasada.

Autor;: Jose Vicente Navarro Rubio

POESÍA: EN LA CALLE DEL SUEÑO ETERNO

Si el dolor solo fuera
algo que penetra
y luego al igual que las mareas
se marchara, a su hogar, lejos, de nuestra presencia.

Si así fuera
que el dolor existe
y sirve para curar las heridas de las guerras
¡cuanto dolor
haría falta
con tal de acabar con todas ellas?

En la azotea pulula
en esta mañana casi eterna
con su siesta
un ruido que llega,
el solo, así es su presencia,
hasta el borde del sofá donde inclinada mi cabeza,
en el regazo del aire circunscrito debajo de una lampara que despide estrellas
sueño
con estelas,
sobre el agua,
quizás todo esto sea
parte de ese sueño eterno
que de vez en cuando me desvela,
huyendo de su eternidad, a la caza de mi presencia.

Autor: Jose Vte. Navarro Rubio

POESÍA: CON LA VISTA PUESTA EN LA MAR

Es la luz del día la que entra
hasta en las cavernas de lo imposible.

Su presencia, la del mar,
siempre en plena verbena
con su música de fondo, orquesta,
me sirve, como a las olas, sus crestas,
de algo más que un adorno con el cual decorar esta mañana tan bien puesta.

Rompe, ahuyenta,
la brisa del mar
el calor que penetra
como la llama en la hoguera,
de su vida, eterna,
ceremonia que se confunde, tal cual,
comida en la mesa
A punto de ser devorada por sus presas.

Un punto, que penetra
y entra,
se hace grande,
casi vuela,
cambia de color, certeza,
de que la luz, es a la vista,
lo mismo, que el cerebro dentro de la cabeza,
su casa, ella eterna.

Autor: Jose Vte. Navarro Rubio

POESÍA: LA CIUDAD QUE NUNCA CREARÍA

Esta es la ciudad que yo nunca crearía
ni estando de borrachera
por mucho alcohol bebido,
por mucho veneno transitando por mis venas.

¿Qué fue de sus acequias
de aguas transparentes,
cánticos de aves en las no lejanas primaveras,
ruido de hoces segando arrozales y recogedores de naranjas junto a las dunas de arenas?

¿Qué fue de la ciudad que el pintor
plasmo en el lienzo con tanta belleza?

¿Por qué no quedó nada de ella?

Ni el castillo se libró de la piqueta
demoliendo sus paredes,
para crear algo nuevo con apariencia a lo que era.

Ni en la montaña estaba tranquila su vegetación
para cuando llegaban las fiestas
y los fuegos artificiales se tiraban en las sus laderas
en días de calinas desafiando a las fuerzas de la naturaleza.

Del río queda
el color de la muerte
recorriendo su cabellera
desde que nace hasta que en el mar se estrella
el Júcar pregona malas nuevas,
la de su muerte certera allí donde el agua del mar le espera.

La ciudad duerme
es ciega
en eso de saber lo que quiere
pues de ciudad solo lo queda,
las calles repletas de coches,
el sonido desagradable de los altavoces en las discotecas,
la mar en estado de alerta
para cuando las algas llegan.

Yo hubiera querido otra ciudad
aun me conformo con esta,
para cuando llegan los otoños
e inviernos fríos
en que los paisajes se alteran
y la paz de los días y noches de juergas llega
sin que nadie claudique, sin que nadie haga de ello más poemas.

Autor: Jose Vicente Navarro Rubio

martes, 19 de julio de 2016

LOS CAMPOS DE CONCENTRACIÓN NAZIS DEPORTADOS DE CULLERA



  • FUENTES: http://pares.mcu.es/Deportados
    Nombre de la Persona: GARCÍA ARAGÓ, Enrique
    Nacido el: 11/05/1911
    Población: Cullera
    Provincia/Región/País: Comunidad Valenciana-Valencia/València
    Stalag o Prisión
    Nombre: VII-A (Moosburg)
    Número de Prisionero: -
    Deportación
    Fecha: 31/08/1941
    Campo de Concentración: Mauthausen
    Primera Matrícula: 4365

    Datos Personales
    Nombre de la Persona: CORRAL, Emilio
    Nacido el: 10/08/1892
    Población: Cullera
    Provincia/Región/País: Comunidad Valenciana-Valencia/València
    Stalag o Prisión
    Nombre: Compiègne (17/01/1944)
    Número de Prisionero: -
    Deportación
    Fecha: 19/01/1944
    Campo de Concentración: Buchenwald
    Primera Matrícula: 41004

POESÍA: LEYENDO POEMAS A BUEN RITMO

De esa poesía que leí en pie de guerra
me como hasta sus músculos,
que delicia, que ritmo
comprobar sin que esto suponga un martirio
que se puede llegar al verso último
con una gran tranquilidad en el espíritu.

Absorbí el tuétano, secreto de la palabra utilizada  como artilugio,
lanzadera de sensaciones volando desde el istmo
del papel blanco inundado de signos
hasta el intelecto primitivo
de un hombre del siglo XXI
que solo quiere no olvidar lo que en el principio de su vida  fue sobre este asqueroso mundo.

La fragilidad de las alas de las mariposas
destaca en el poema que aquí descubro
son ellas aladas en si mismo
las que me llevan de bajo a creciente ritmo
en esa lectura concreta
con marco incluido en un domingo,
y así concluyo
para esos momentos en que las manecillas de metal finísimo
que se mueven en la esfera de un reloj, regalado para no ser el último,
 me invitan a irme hasta el tabernáculo donde se realizan los sacrificios de los justos.

Autor: Jose Vicente Navarro Rubio

POESÍA: EN AQUEL MI ÚLTIMO SUEÑO DE UN MES DE JULIO

Tuvo que ser el último sueño
no me cabe de ello la menor duda,
la oscuridad latiendo
bajo los poros de la piel del aire que se respira.

Un sudor, húmedo,
impregnado de los aromas de los detergentes en agua diluido
bajaba, eran efluvios,
descendiendo por un patio comunal, de altura seis pisos,
de una noche de verano, de un antipático mes de julio.

Cojonudos los calores con su música de timbales y de elevados grados centigrados
el refrigerio es lo único
que en la noche ayuda a conciliar el sueño matutino
para esos momentos en que el silbido
de la cafetera del vecino del quinto
le invita a un café, el primero, luego vendrá el segundo,
antes de que la cerradura suene y con su ruido despierte a todo el mundo.

Es lunes, día de ayuno, el peso es una lata y si quieres perder unos kilos
la cocina se convierte en un martirio.

Ya casi el sueño convencido de que esa noche no es la suya
se hace de uno amigo
y solo él y  yo, los dos juntos,
nos vamos hasta la orilla del mar
para oír el murmullo
de los indiscretos peces marinos
desde siempre ellos enviando largos avisos
de que la humanidad se encuentra en peligro
si del mar hacemos un gran basurero con todo aquello que consumimos.

Ya el vecino del quinto anda camino del trabajo,
ya vuelven los silencios con prólogos indefinidos,
ya el edificio se asienta entre extraños ruidos,
ya acaricia la mano el despertador comprado en un comercio de artículos infinitos,
es la hora de levantarse, es lo mismo,
contar lo que uno siente, que darse por oído
y avanzar por la cuesta de una mañana, con calores asfixiantes
que consumimos en un vaso en el que convergen diferentes zumos,
el pomelo y la naranja, dos cucharillas de ázucar y con ello el alivio
de quien se siente protegido
por la diosa IRIS, la de los antiguos faraones egipcios,

¿Quien soy? me pregunto.

En el cristal del espejo
sin duda el mismo,
uno más frágil
y el otro más duro.

Quizás mañana, lo dudo,
cambie el sentido
y el reflejo que se ve en el frío artilugio
se vuelva como las capas de la cebolla, excelente aperitivo,

Autor de la poesía: Jose Vicente Navarro Rubio

Es un preludio al poema de (Carlos Edmundo de Ory. Poesía 1945-1969. Barcelona, 1970)

Amo a una mujer de larga cabellera
como en un lago me hundo en su rostro terso
en su vientre mi frente boga con lentitud
palpo tiento acaricio volúmenes de seda
me sumerjo en cavidades me esponjo en su zumo
mujer hondonada mi araña tenebrosa
laberinto infinito tambor y extraño palacio
eres mi hermana única de olvido y abandono
tus pechos y tus nalgas de dobles montes gemelos
me brindan la blancura de paloma gigante
el amor que nos damos es de noche en la noche
rotundos crudos la cama nos reúne
se levantan columnas de olor y de respiros

Trituro masco saboreo me despeño
el deseo florece entre tumbas abiertas
tumbas de besos bocas o moluscos
estoy volando enfermo de venenos
reinando en tus membranas errante y enviciado
nada termina nada empieza todo es triunfo
de la ternura envuelta en silencios
El pensamiento ha huido de nosotros
Se juntan nuestras manos como piedras felices
Está la mente quieta como inmóvil palmípedo
las horas se derriten los minutos se agotan
no existe nada más que placer y agonía

Placer tu cara no habla sino que va al trote
sobre un mundo de nubes en la cueva del ser
Somos mudos no estamos en la vida vana
Hemos llegado a ser terribles y divinos
Artesanos secretos de miel en rebeldía
Se oyen los gemidos de la carne incansable
En un instante oí la mitad de mi nombre
saliendo repentino de tus dientes impares

En esta luz puedo ver la expresión de tu rostro
que parecías otra mujer en aquel éxtasis
La oscuridad me vuelve loco si no te veo
No encuentro tu cabeza y no sé lo que toco

Cuatro manos se van con sus dueños dormidos
y lejos de ellas vagan también los cuatro pies
Ya no hay dueños no hay más que suspenso y vacío
El barco de este amor está encallando en alta mar
¿Dónde estás? ¿Dónde estoy? ¿Quién soy? ¿Quién eres?

Para siempre abandono estas preguntas
Ebrio loco hechizado a las puertas del conjuro
grandiosa la pasión espero el turno del hombre

De nuevo en una habitación estamos juntos
Desnudos estupendos cómplices de la Muerte.

lunes, 18 de julio de 2016

POESÍA: PENSANDO EN ELLOS Y PARA ESE DÍA

En la vida
van y vienen
los hijos
y ellas las hijas
desde el seno materno hasta ese momento en que se adivina la partida.

Flores de loto entre juncos
el agua se muestra limpia
para cuando la proa de la barca enfila
la alta mar en busca de otras tierras desconocidas.

Son ella y él,
los que en la barca reman
sobre la quilla
con el rumbo puesto en el Norte de sus vidas

¿Quizás si la vida, que siempre va y vine entre derivas,
fuera algo más que la edad
que llega hasta allí donde todo termina,
entonces yo daría
por finiquitada esta poesía?,

pero lo que nos trae hasta aquí
es otra historia más atrevida
en la cual dos seres humanos
se comprometen,
así se augura,
delante de quienes forman parte de su familia,
amigos y amigas,
así comienza la fiesta,
y todo en este día debe ser paz y alegría.

¿En esto que queréis que os diga?

Si el amor que siempre reina,
es el rey de la poesía.

Becquer, Shakespeare, Campoamor, Bob Marley,
Pablo Neruda,
de ello trataron y en ellos les  fue toda una vida,
tanto del amo hablaron
que esto fue lo que les llevó a una fama más que merecida.

¡Quien pudiera ser Homero
en aquella Grecia
protectora de una Europa
que ahora la castiga,
amor de padre, amor de hija,
en este caso amor que ciega y mata de risa!

¡Quién pudiera ser
sobre los campos sembrados de trigo
ya incipientes las espigas
el soldado con fortuna
por estar con vida
en una guerra fratricida,
remontando las montañas
ya la batalla ganada o perdida
mi padre regresando a casa con su familia!

¿Aquella madre llorando,
mi abuela,
que le dijo en aquel día
en que lo vio traspasar la puerta
de aquella casa ya derruida?

¿Y ella mi madre,
me pregunto,
nunca se lo pregunte en vida,
que sentiría cuando de lejos vio llegar a mi padre,
todavía sobre el cuerpo las heridas
de un joven con 16 años que regresaba del frente de Madrid a toda prisa?

¡Quién pudiera escapar
por unos días
a todo aquello que significa más de más
para quienes menos tienen en la vida!

La muerte, las envidias
nada de esto desaparece,
nada de esto termina,
como la gota de agua que colma el vaso
se colma mi vista
de barbaries asesinas, dogma sobre la pared
el mar se traga a tantas vidas
que sobre los abismales fondos de los mares de nuestras orillas
se amontonan como gavillas
los cuerpos de quienes buscaban una simple y mejor vida.

La partida es el regreso
la vuelta es con más dicha,
uno más
y detrás otras vidas
las de todos los hijos y las de todas las hijas,
las de los nietos,
resumiendo la familia,
cumpliendo su misión
al igual que las hormigas
cuando llenan sus hormigueros de comida.

Es una aventura
el nacer y el crecer
el pertenecer a una familia,
hogar y dicha,
y en ello
llega el tiempo que todo lo cura
yo diría
que el momento, justo,
ese, esperado,
así se adivina la partida,
y otra vez el encuentro
como contrapartida
de aquello que todo lo cura
el amor en primera persona,
el amor con sus dichos y dichas.

¡Que si el amor es ciego!
exclamó un actor un día.

¡Que si el amor a primera vista!
marchaba un tren por una vía.

El amor para siempre,
es la brisa,
aire nuevo, si así se respira,
de una pareja
Ximo y Mireia
corriendo en busca de su particular aventura.

Se adivina
en los ojos de ellos
en los de todas las familias,
la alegría
al tiempo justo
en tiempo de avatares y fuertes crecidas
de esos ríos caudalosos,
de esas incipientes poesías,
cual  fuelles en las fraguas
avivando las llamas limpias
del amor que por siempre perdura.

Uno que viene de la Meseta
en las aguas del Mediterraneo,
Mare Nostrum, así se le decía,
encontró los colores
de las paredes pintadas en su pueblo con cal viva
que todavía se avistan
en las viejas ventas con esencias Cervantinas.

Uno que sintió hablar de los poetas
caídos en tierras
con sus manchas oscuras,
recuerda el trovar del juglar
y la belleza atípica
de las tardes ya dormidas
junto a las murallas, donde ellas, las princesas cautivas,
en sus aposentos se escondían
a la espera del acorde,
de la palabra más querida,
¡amor como grandeza!
y si en ello
Ximo y Mireia profundizan
siempre al otro lado,
allí donde la vida se hace dura
encontrarán sus momentos de gloria,
si aplican una simple teoría:

El nacer y el vivir
al igual que el amar
no se compra porque su precio es de tal estima
que no hay arcones, baúles, ni cámaras oscuras,
por grandes que sean sus cerraduras
para  encerrar en ellas
todos las dichas y buenas venturas
que por los caminos de la vida transitan.

Ser así felices
y hacer de la vida
aquello que quereis
que nadie os marque otro camino
que no sea el que emprendéis en este día.

Autor: Jose Vicente Navarro Rubio

POESIA: LA HUELLA PROFUNDA



En la nieve la huella profunda
del pie, es la figura
del desposeído, la duda,
si el avance a través de la estepa dura
de árboles muertos, otoño, con sus uñas,
vuelve la imagen
cae el sol, aterriza,
indica el lugar a través del cual si se llegas el frío pasa a mejor vida

Autor:Jose Vte. Navarro Rubio

POESÍA: AL TOMATE QUE UNO SE VIENE A COMER

tomate-valenciano

Si del tomate pudieras su pulpa comer,
desnudar su cuerpo
absorber
con los labios su piel
con el tomate
quien en ello se lo quiera creer
verá el cielo
sin necesidad de conocer
otro mundo que no sea aquel
en el que vino un día a nacer.

Por ser tomate
Rubí o Masclet
por ser del Perello
o del Marenyet
casi más que tomate debería llevar el título de Marqués.

Autor: Jose Vte. Navarro Rubio
 


domingo, 17 de julio de 2016

POESÍA: ACERCA DE UNA VIEJA FOTOGRAFIA

Vi la fotografía,
y vi,
mi mano buscando ayuda.
¿Que era?
¿Qué sería?
de todo aquello lo nuestro
por qué caminos avanzaría nuestras vidas.
Noté el silencio
de los geranios derretidos en sus macetas de un patio con sabor a música
y avance
a gatas que alegría,
sentí algo que solo se aprecia si te escuchas
allí donde estés
y eras capaz
de eso va este poema circunscrito a un espacio llamado blog, poesía
de acallar la voz ronca del tiempo, esa que cuando la haces tuya,
se convierte en años, madurez, si te animas,
hay otras vidas
tan largas y profundas que si se te echan encima
te devuelven a los años de los pañales, aquellos que yacen en viejos arcones llenos de fotografías.

Autor: Jose Vte. Navarro Rubio

POESÍA: YA LA NOCHE SE ADIVINA

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No huyas,
ni seas en el verano de tu vida
la ardilla
que escala el tronco, escala las ramas y te mira.
Sé,
si en eso este poema algo te ayuda
tú, sola tú,
el ya camina
entre olivos y viejas encinas
al encuentro de aquellas sus melancolías.
El aire que se respira,
puro en si,
translucido
tan lleno de vida
que si no te llega
todo lo que se diga
es mentira.
Observo la hermosa bahía
con sus rocas viviendo una gran aventura
la del agua que le llega,
la de las olas que se retiran,
la del sonido del viento
en noches de tormentas numantinas,
piratas que sobre ellas se tiran
para avanzar entre luces de una luna vencida
al encuentro de las playas levantinas.

Autor: Jose Vte. Navarro Rubio

POESÍA: LO DOY POR CIERTO

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Den por cierto
que el sol  saldrá
que haremos de lo nuestro
lo mismo que hicieron ellos.

Por ello
nos asomaremos a la ventana,
el cerrojo descorreremos,
nos iremos
a la cocina,
buscaremos el cenicero,
algo de discusión habrá,
dan los tiempos para ello,
tal vez ,
a la calle saldremos
dejando para ello
ese gran agujero
donde nacen los más profundos y desconocidos sentimientos
de todos los tipos, a veces estos grandes aguaceros.

En la calle,
ombligo del mundo en el cual nacemos
uno puede ser sin proponerselo,
al estilo de las películas de vaqueros
el malo o el bueno.

Tal cual para cual
así trotamos y nos hacemos
lo que somos y seremos
por mucho empeño que se ponga en construir un mundo nuevo.

Autor: Jose Vte. Navarro Rubio

POESÍA: DE AQUELLO Y ESTO LO NUESTRO

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El amor no es el último ni primer deseo
ni Adán, él,
en su pequeño universo
erró al comer la fruta ni se dio por satisfecho en su exceso de celo.

Lo nuestro,
lo del ser humano
por poner un ejemplo
forma parte de la historia del universo.

Se dice que tiene culpa de ello
la evolución
vista como el señuelo
que hizo a la hembra dócil y la lleno de sentimientos
y al macho esclavo de las pasiones conforme se hizo grande su cerebro.

Sobre la sabana de los espacios concretos
donde se hizo el ser humano bípedo
alza ella el cuello
al tiempo que él se relame por dentro
y así comienza el apareamiento
univoco y cruzado
entre especies y elementos,
de unos con unas,
de ellas con ellos,
de denisovanos y neandertales 
entre orgías y desenfrenos
de siglos de evolución en eso conocido con el nombre de sexo
que nos han dejado eso
conocido con el nombre de mestizaje
dentro de los ámbitos de las teorías del conocimiento.

Autor_ Jose Vte. Navarro Rubio
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