Solo la luz,
solo ella,
la farola tan esbelta,
dejando caer rayos que se comen
el polvo de las estrellas.
En la avenida
se deletrean, unas tras otras,
miles de aventuras
de quienes pasan y se llenan
del cántico de las aves
en las copas, casi frutos madurando que de ellas cuelgan.
La persiana raya mis ideas,
la cortina deja
que a través de ella
una luz extraña aparezca
a la misma hora, siempre de la misma manera.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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