miércoles, 19 de diciembre de 2018

POESÍA: FELIZ NAVIDAD PARA TODOS, ESPECIALMENTE PARA ELLAS


FELIZ NAVIDAD
PARA TODOS,
ESPECIALMENTE
PARA ELLAS

¿Cómo andaba ese animal
por la calle?

¿Cómo la justicia tan severa
aplica las penas
con tanta benevolencia?

¿Cómo se deja suelta
a una hiena?

¿Cómo que había cumplido condena?

Para colmo de los males
se revisten por fuera
de ovejas
quienes siendo lobos
solo piensan
en hacer daño
allí donde más duela.

Criatura,
Laura,
compañera,
pobre de ella,
una vida por delante
cargada de ideas,
tal cualquiera
de oficio la escuela,
carrera que enseña
a que todos sean iguales,
¡a que todas sean!
en la unidad del destino,
manos contra manos
iguales
ellos
y
ellas,
sueltos y sueltas.

¡Iguales!
no en apariencias,
no sea,
como el árbol
al que se le menean
las ramas al aire
¡qué belleza!
y en su interior crezca
cual cicuta
el odio que envenena
la savia,
el fruto
las raíces,
su corteza.

Tan fuerte,
ella,
la ley en apariencia
y tan vana como una nuez
tocada por la viruela
de una enfermedad perversa
el machismo
como hipoteca
que no se destierra
por muy inclusiva que sea la escuela
por muchas competencias,
por mucha tinta,
ya seca,
en páginas y páginas
que solo demuestran
la verdadera diferencia
que hay entre el espíritu
de las leyes
y las letras pequeñas
que yacen en el corpus
que califica las penas.

Juventud por delante,
Laura
tenía una vida llena
de ideas,
por un asesino,
ya muertas.

Estrella fugaz
reluciendo entre otras estrellas,
punto en la noche que se aleja
por esos caminos que llevan
hasta allí donde el horizonte
nos deja
escribir deseos
con los que alimentar
creencias,
Laura navega
en las pupilas abiertas
de millones de personas
¡alerta!

Sea,
en esta noche
mi respuesta
a una pregunta que me hiela:
¡Qué muera
en la cárcel,
sea
quien sea,
el sujeto que a Laura asesino
sin clemencia,
ser humano
de conciencia perversa,

¡Qué sufra condena!

¡Qué tenga
como mejor suerte
la poca
que tuvo en sus manos
ella!

Unas vidas rotas,
la de él,
la de ella,
la de ellos,
ellas,
las de quienes piensan,
pensamos,
¡qué belleza!
que la libertad
es como una gran cesta
de manzanas sanas
hasta que sale
una como ésta
de piel suave por fuera
y por dentro llena
de ese veneno que mata
los cimientos,
que tiemblan,
de nuestras creencias.

Quiero,
Quieren
todas ellas,
pienso,
solo en ellas,
una sociedad igual,
sin violencia,
donde ellas,
por ser
esa letra pequeña,
mis estimadas amigas
y compañeras,
se llenen de luz,
puedan,
ser de verdad estrellas,
brillando siempre
sin que nadie sienta
otro deseo
que no sea,
aquel que nace
en el corazón sano
de las personas buenas.

Descansa en paz
Laura,
unas Navidades más
vuelve la cantinela
a recitar aquello
de más justicia señorías,
más rigor,
más vueltas de tuercas,
para quienes se saltan a la torera,
cual manadas
de cobardes sanguijuelas,
todos los mandamientos
de la Santa Madre Iglesia

Autor: José Vicente Navarro Rubio

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