Tembló la ciudad
su coloso se desmoronó cayendo
a la altura del suelo,
el fuego ascendió
construyó cortinas
con que aliviar los vientos
que soplaban por la noche
y durmiendo allí donde viven los sueños.
Casi siento
al coloso derramando fuego
sobre la bahía
y barcos saliendo
a través de un pequeño estrecho
que llevaba al mar libre
camino de otros pueblos.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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