Ni tan siquiera
el dolor juega
a otra cosa que no sea
quitarse sus propias penas.
Opera con paciencia
en un teatro a su manera
se muestra
con especial dureza.
En el fondo,
hay una orquesta
con su director,
soprano y quienes quieran
deleitarse escuchando una tragedia
que traslada con su linterna
un acomodador que sienta
a quienes llegan
ya con la luz apagada
entreactos
como si supieran
que el primero es el que no cuenta.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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