Como en un libro de poemas
de título
solamente muero los domingos,
así se expresarían los bares
y árboles de la avenida donde vivo,
todo tan callado,
tan chico,
los árboles sin su pelambrera
con su ramaje casi juncos
parecen al magnífico Don Quijote
loco por arte de su oficio,
no así las terrazas de los bares
que ya siendo las cinco
aparecen abandonadas
como si hubiera pasado haciendo ciscos
un huracán de pandemias
todas ellas envueltas del mismo cinismo.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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