No hay tiempo
para nada,
ni para historias
ni para cuentos.
El reloj
con su cucú
comenzó a dar
como entretenimiento
la marcha atrás
en eso
de dar las horas
con acierto.
En el espacio
en el cual nacemos
todo se puede hacer
sin por ello
tener que dar explicaciones
a nadie que no tenga derecho
a ello.
Y ahora vamos con aquello
de preguntar
entre desvelos
que hay más allá de lo que vemos.
¿Habrán luces dirigiendo
nuestro encuentro?
¿Qué nos encontraremos?
Miedo,
da mucho miedo,
por eso se tiene respeto
a todo lo que tiene que ver
con la muerte
pues sabemos
que todos llegaremos
a ese punto final
en que todo queda reducido a cero
Autor: José Vicente Navarro Rubio
No hay comentarios :
Publicar un comentario