Veo a través de los ojos de Lamberto
Un pueblo,
Cullera,
Que no deja de crecer.
A la sombra de la vejez,
Pasan por delante de él
Todo aquello que le fue
Como la mano que se deja coger
Pasajes y tal vez
Trozos de áspera piel
De pescadores amantes de la sencillez,
Incansables
Sobre las barcas gigantes
Que al vaivén
Desde la lejanía parecen al viento papel.
Mirada desde la vejez
El poeta y escritor
Se deja recoger
Sabe de aquello
que le sirvió para crecer .
Sabe
Que el empeño
Es fuente de placer
Y que de todo esto
Quedarán cenizas,
Sólo,
Tal vez,
Recuerdos inmersos en una taza café.
Si su nombre es Lamberto,
Su apellido es Olivert,
De casta el galgo,
La historia de Cullera
No se sabría entender
Sin quienes supieron anteponer
La honra
A todo lo que
Pasa por la vida
Sin dejar huella ni señal en un dintel.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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