Tan derruido,
tan abandonado,
tan pobre,
tan sujeto
y tan testigo,
tal piedra labradas,
tal punto,
con sus abetos y sendas
con su hocino,
tal nieve comiéndose la senda,
tal diario y mal asunto
de las noticias que llegan
y así siendo testigos
tal angustia
que sufre uno
al asomarse a un precipicio
y es que se vende
la historia de Cuenca
al mejor postor, sea quien sea, todo cae en el olvido
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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