Las chicharras mastican tormentas,
come lodo,
bebe agua de una ciénaga,
en los veranos salientes
con sus impertinencias
cantan a sus amadas
se muestran
tal y como son en apariencia,
dulces y morenas
como las cañas de azúcar
creciendo sin saber adonde les lleva
el giro de los días en este transitar de era en era.
Autor: José Vte. Navarro Rubio
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