Paseando por las aceras
en el otoño que nos acompaña
sentimos
como nuestras pisadas
levantan
los gritos
de las hojas secas
caídas de las ramas,
que como pequeños músculos
descendidos del cielo
donde se encuentra su casa
se convierten en mullidas almohadas
en este otoño que avanza
tranquilo y con buena cara
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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