Y si amasando el leguaje descubrimos
que las palabras están vacías,
y que para llenarlas
hace falta
de eso que se llama alma,
con la cual dar intensidad
a todo aquello que expresamos
y que a veces nos falta.
Gran misterio este
que debería ser denominado,
de la enigmática Trinidad de las palabras.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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