Pasa por la calle
una maquina de esas automatizadas
que aspira colillas,
plástico, papel,
lo que haga falta
y lo vomita y deja
igual que estaba.
una maquina de esas automatizadas
que aspira colillas,
plástico, papel,
lo que haga falta
y lo vomita y deja
igual que estaba.
Quedan las calles limpias
de versos, oraciones
y palabras,
que a saber en que se convertirán
cuando sean arrojadas
allí donde el maquinista,
de esa extraña maquina,
hace un parón todas las mañanas
para sacar de las entrañas
lo que forma parte de ese trabajo
que por la cara que pone le encanta.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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