Cuidado con el tiempo
que vale dinero
y conforme sumamos años
su precio se dispara
y se va por los cielos.
Mi tiempo
está a precio de kilo de ternera,
deshuesada
y preparada para hacer con ella caldo
que sirva para eternizar el rejuvenecimiento.
El suyo no se lo que vale,
hay algunos que están por los suelos,
y de verdad lo siento,
pues tiempo tan barato
si se compra no debe de estar bueno.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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