En la Isla de los Pensamientos,
allí donde los sacerdotes
ofrecían sacrificios a dioses
que salían de entre las brumas marinas,
allí bebimos
de aquella copa
tallada en su superficie
para homenajear
a quienes son en las islas
perdidas del mundo
los Hércules y Atlantes,
los seres perdidos
de un mundo extraño
del que solo quedan
recuerdos en los textos antiguos.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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