Si se mira
en el fondo
solo hay
un roto suspiro,
el del agua del botijo
que al caer rompe
las leyes que lo hicieron
para mantenerse tranquilo
en un rincón cualquiera,
allí donde se siente
el frescor de los días cálidos
azotando los campos donde crecen los trigos.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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