Con un solo muro de llanto,
las lágrimas de toda una vida
condensadas en forma de perla,
gritando:
¡ aquí me queda!
¡aquí me queda!
una más con que completar la terna.
Quien habla rompe los esquemas,
quien habla se suma a la tragedia,
de los días en que suenan
las trompetas que derriban las murallas,
después de una larga diáspora.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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