La noche se estira,
alarga en su deriva
los filamentos que salen de sus costuras
para convertirse en versos que se conjugan,
sencillas operaciones de aritmética
suman y restan sílabas,
concuerdan reglas
y se confabulan
con hacer de los poemas
especie de graneros de letras
de todos los tipos y grafías,
hay sintonía,
vaivenes de entendimientos
catapultan
sugerencias
que se criban
y queda
polvo de estrellas
y queda
la idea caritativa
de hacer con las noches
hogares en los que priman
las bellas artes de la poesía.
Las prisas nos llevan,
volvemos
al origen
en que algo se anima
y en el intelecto
surge
eso que se denomina
interés cultural
por los vacíos que se generan
en los tiempos perdidos
en los que el sueño
se convierte en una rutina.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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