Se detiene la rueda
y el carro
que es de ella
su montura eterna.
Rueda ella
cuando se siente ligera,
su alma es vasta,
su corazón late cuando suenan las piedras,
rueda y rueda
el silencio
y si cantan las estrellas
es porque en la noche
todo parece que sea
tal hermoso poema que narra una epopeya.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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