Y la arena mojada,
un poco fría,
sobre ella
naturaleza muerta,
miles de conchas
su interior vacío
al igual que muchas vidas,
al pisarlas crujen,
traga quien las pisa saliva
y levanta los pies
para así seguir su rutina,
de cabo a cabo,
de ría a ría,
tan solo pensando
que las conchas que en las orillas se depositan
no tendrán nunca más vida.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
No hay comentarios :
Publicar un comentario