Poseídos por el demonio,
invictos
los cien mil hijos de San Luis,
de España se marcharon arrasando,
huestes combativas
que en España encontraron
material humano
para satisfacer sus deseos
y llevarse de una tacada un buen saco.
Ni buenos
ni santos,
San Luis se lució para su santo
invictos
los cien mil hijos de San Luis,
de España se marcharon arrasando,
huestes combativas
que en España encontraron
material humano
para satisfacer sus deseos
y llevarse de una tacada un buen saco.
Ni buenos
ni santos,
San Luis se lució para su santo
y Fernando VII liberado
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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