Un punto de salida es este poema,
que lleva en su interior algo parecido,
a espuma de cerveza, a vino tinto,
a esencias de tertulias
en las tabernas de los puertos
para cuando regresan de sus pesquerías,
que lleva en su interior algo parecido,
a espuma de cerveza, a vino tinto,
a esencias de tertulias
en las tabernas de los puertos
para cuando regresan de sus pesquerías,
ríos arriba, mar a la diestra y siniestra,
los viejos pescadores con sus talegos a la espalda
y la mirada comida por la sal de las olas.
En esos confines de los viejos espacios
de luz tenue, allí las copas de absenta
endurecen las arterias
y sacan a flor de labios las palabras dulces
de los hombres de la mar
que a base combatir el hambre
se saben esclavos de sus cuentas.
Una a una las copas se elevan,
se llenan las gargantas de dulces sabores
allí se enhebran aventuras y odiseas,
tragedias, se brinda por los muertos,
aquellos que cayeron en alguna batida siniestras
y se siente al color de una hoguera
el abrazo fuerte del alcohol quemado las malas hierbas.
y la mirada comida por la sal de las olas.
En esos confines de los viejos espacios
de luz tenue, allí las copas de absenta
endurecen las arterias
y sacan a flor de labios las palabras dulces
de los hombres de la mar
que a base combatir el hambre
se saben esclavos de sus cuentas.
Una a una las copas se elevan,
se llenan las gargantas de dulces sabores
allí se enhebran aventuras y odiseas,
tragedias, se brinda por los muertos,
aquellos que cayeron en alguna batida siniestras
y se siente al color de una hoguera
el abrazo fuerte del alcohol quemado las malas hierbas.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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