Y a la flor su olor
vertido por la montaña,
el olor en si mismo
emergente
como caudal de satisfacción,
ya el rosal de su prenda desprovisto
esperando la resurrección de las yemas,
Vida y misterio
todo al mismo tiempo
y en ello todo tan tranquilo.
vertido por la montaña,
el olor en si mismo
emergente
como caudal de satisfacción,
ya el rosal de su prenda desprovisto
esperando la resurrección de las yemas,
Vida y misterio
todo al mismo tiempo
y en ello todo tan tranquilo.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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