No diciendo nada,
nada digo,
que la noche está oscura
y el alma adolece por ahora de primavera alegre,
que no diciendo nada,
mucho digo,
que aunque los silencios acallan
nada digo,
que la noche está oscura
y el alma adolece por ahora de primavera alegre,
que no diciendo nada,
mucho digo,
que aunque los silencios acallan
no para el alma que se siente viva
de avisarme en tono coloquial y sincero
que todo lo que muere resucita
y que lo vivo se viste del color y calidad del traje
con que se sale a la calle.
de avisarme en tono coloquial y sincero
que todo lo que muere resucita
y que lo vivo se viste del color y calidad del traje
con que se sale a la calle.
No diciendo nada
a nadie ofendo y por ello se me ocurre
soltar al aire algún improperio
que los días en que uno se despierta
son parecidos a los mismos
en que uno se acuesta
con el reloj parado
con el reloj parado
para no hacer más largo el dislate,
que todo acaba con la copa consumida
y con la idea generalizada
que todo acaba con la copa consumida
y con la idea generalizada
de que aquello que ocurre y pasa
es lo mismo que sucede
`para cuando vas caminando y descubres
es lo mismo que sucede
`para cuando vas caminando y descubres
que la senda se acaba
y más allá hay algo que no te gusta
por aquello de desconfiar de las sombras
y más allá hay algo que no te gusta
por aquello de desconfiar de las sombras
donde habitan tus temores.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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