Recuerdo esta charca y las matas que surgen más allá de ella y la recuerdo desde aquellos días en que mi padre, sobre el año 1958/59 plantó un majuelo en una longuera, parcela, justo situada en la parte superior de la charca. De aquellos 3 a 4 años me llegan algunos detalles. El primero es la inmensidad con la que yo veía la charca y la segunda la gran cantidad de lascas y piedras sueltas que había en aquel lugar. Plantó, como iba diciendo mi padre un majuelo que la filoxera se llevó y de aquello no quedó nada más que sudores y supongo que alguna deuda, que puede estar en el origen de aquella salida del pueblo en busca, siempre en busca, de mejor porvenir para los hijos. En este caso dos: mi hermano, Jesús y yo. Después, volvería, yo, a pasar por aquel lugar a lo sumo tres o cuatro veces y recuerdo aquella charca siempre vacía y por allí pastando algún rebaño de ovejas del Chafao ¿Con que facilidad dormían a veces los pastores y que difícil era despertarlos?.: Benditos ellos por su trabajo.
Paz bucólica me despierta el lugar, añoranzas, pesares y algún que otro suspiro.
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