miércoles, 23 de noviembre de 2011

POESÍA: EL CASTILLO DE GARCIMUÑOZ Y EL TESORO DE DON JUAN MANUEL

Un hombre de altos vuelos, cortesano y político
vive una estancia agradable en su castillo,
Don Juan Manuel se llamaba
y con el mal nombre de infante es conocido.
Cual permanente melancolía de saberse
y querer ser rey por un día
de esas tierras tan sometidas al yugo de la tiranía
hace de su villa una corte
y de las altas estancias de su palacio una escribanía
de hombres doctos y cultos entre los mejores de Castilla.
Tiempo al tiempo pasan los días
de un señor feudal de Fernando III nieto y de Alfonso X sobrino
y entre guerras contra los moros y grescas con sus vecinos
desde Granada a Navarra se extiende su poderío
de un Don sin corona que se cree a si mismo con derechos divinos.
Desgracias tuvo en vida tan bien defensor de lo suyo
y para cuando le vino la muerte un posible 13 de junio
había dejado cuentos, proverbios, moralejas y consejos gratuitos
y tan grandes territorios autónomos con castillos protegidos
que eran de Castilla su madre un feudo en sus costillas hundido.
Véase Garcimuñoz su corte, palacio y castillo preferido
y como en aquellas tierras quedó su tesoro escondido
aunque buscadores los hubo muy concretos y obtusos
nadie ha dado con tan perdido  escondrijo.
Si en el Cañavate se acuñaban sus monedas,
y en Cuenca la inquisición torturaba con ahínco,
en el Castillo de Garcimuñoz, su tesoro preferido,
debe estar a buen recaudo el tan buscado alijo.


Autor: José Vte. Navarro Rubio

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