sábado, 10 de diciembre de 2011

POESIA: MURIÓ EL POETA AL ALBA

Duerme el poeta entre nubes doradas
no sabe que murió
y todavía desde el cielo lanza poesías al alba.
Ya los bosques le parecen más verdes,
y dice de los jabalíes
que son soldados que llevan en la boca lanzas.
Vino a morir el poeta
un día en que falló el interruptor de la luz en su casa
y desde ese momento se sintió
un viejo sin alma
pues escribía poseías a esas horas sagradas
en que las lechuzas vuelan desde la oliveras
hasta la ventana de su casa.
Decía el poeta que para él la poesía era
el motor que necesitaba
para mover el cuerpo y sentir como el corazón
en su pecho resonaba.
Quería el poeta fabricar la última poesía
y para eso solo necesitaba
tiempo e ideas, papel y mucha calma.
Y vino el lucero un día
y llamo a la puerta de su casa.
Mire usted dijo,
sepa que en esta casa
ni se paga la luz ni el agua
y se cerró la puerta
y al siguiente alba
un fabricante de desgracias
sello los contadores y cortó la luz y el agua
y dejó bajo la puerta de la casa una carta
que decía de forma docta casi sagrada:
"cortado el servicio hasta que pague y se de otra vez de alta"
Murió el poeta de pena,
murió sin luz, ni agua,
y sin la última poesía,
aquella que le faltaba
para ultimar aquel libro que tanto estimaba.
Ahora desde el cielo escribe poesías
a la hora que le viene en gana
no necesita papel, ni tinta, ni luz ni agua,
gracia divina debe ser
el que los ojos no se le secaran.

Autor: José Vte. Navarro Rubio

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