Desde la almena se divisaban
hermosas tierras
y desde la alta torre
una bella dama
se enjuagaba las lágrimas
mientras sentada oía
el canto de una alondra
que a su ventana iba a quitarle las penas.
Historias de castillos
las hay de todas las formas y maneras,
de fantasmas
arrastrando cadenas,
de nobles caballeros
de largas cabelleras,
de soldados cautivos
sufriendo largas condenas,
de juglares y bufones
y como no de luchas y guerras.
Castillos son en esencia
lo que nos queda
de aquella época medieval
de una Península Ibérica
en que las poblaciones se ponían a la defensa
tras sus grandes puertas.
Mi castillo no es de piedra
y está pintado a la cera
sobre un lienzo de tela.
El castillo de Santiago de la Torre
es origen de más de una leyenda
y como muchos castillos sobreviven a duras penas.
Autor: José Vte Navarro Rubio
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