Sí León Felipe,
sí las palabras volaran
y si el hierro
no fuera mineral compacto
moldeado en el fuego,
sí una guerra con tantos muertos
no hubiera aflorado a sus ojos,
sí él caballero con yermo
hubieras vivido en otros tiempos,
sí la tierra a la que amo,
sí las mujeres y si los muertos,
sí un pueblo de oídos sordos
en un vaso con cúbitos de hielo,
sí todos ellos,
poemas, versos, metapoemas
y metacarpios rotos con un martillo de acero
no hubieran volado por nuestros adentros
tus poemas de puro fragor
y tus versos abiertos
no los querría nadie
por mucho que se escriban
con palabras que invocan nostalgias y lamentos
y en ello
en querer la poesía de León Felipe
y andar por su sendero
oye, uno, un dulce tañer de campanas
cerca de un cementerio
y siente, en su alma, miedo,
no por los que yacen y ya son polvo
sino por los que desde fuera aprietan filas
en este siglo XXI
que tanto se parece
al comienzo de todos los siglos
desde que los milenios
se escriben con números romanos
y en las catedrales y en los conventos
hombres con sotanas y monjas con velos
adoran a un Dios muerto.
Con León Felipe
me quedo quieto,
en su obra,
en su grandeza y en apreciar su intelecto.
Siempre a caballo entre generaciones
su historia y su poesía
son un monumento
al hombre que amo a su tierra
y aceptó su exilio con grandeza de combatiente
al que la dictadura la había robado sus sueños.
Autor: José Vte. Navarro Rubio
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