Pan para comer
al precio que sea
hay hambre sobre la tierra
y cuando algunos se levantan
con la mesa bien puesta
otros buscan en los fondos de unas alacenas
unas cuantas migajas
con que engañar a esa parte del cerebro
que despierta al monstruo que en nosotros se alimenta
de todo lo que por la boca entra.
Pan de cebada, de centeno, de avena,
de trigo bien amasado
en un molino que tritura y convierte en harina
el grano que los campesinos cosechan
y a pesar de ello
hay hambre sobre la tierra
a cada hora del día
y en cada minuto
de esta nuestras presencia sobre la tierra.
Trigo que los agricultores cultivan,
harina que los intermediarios comercializan
y pan que finalmente llega
a quien puede comprarlo con unas monedas.
Hay hambre sobre la tierra
y se mueren los niños y niñas
con las panzas llenas
de aire y de ruidos
que atraen moscas y miseria.
Un pan
solo un pan,
pongamos un pan
en una boca
antes de que la negror de la muerte
inunde los ojos de esos niños y niñas
que en el mundo sueñan
con muñecas de trapo y con subir un día a una patera.
Autor: José Vte. Navarro Rubio
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