El toro que se arranca galopando
y cruza la plaza de uno a otro sitio
se crece en el castigo.
Toro bravo y bicho
que resopla por el hocico
y entra a la capa y muleta con tanto ímpetu genuino
debe ser indultado
y usado como semental
para que la raza siga creciendo en prestigio.
Toro en la plaza
y el torero su enemigo,
ambos,
uno y otro,
se miran
pues saben
que están allí para luchar
y llevarse el triunfo.
Castigo ejemplar
en la plaza se pide el indulto
para ese toro
de casta
que en la plaza
ha encontrado su verdadero sitio.
Ya la corrida finalizada
se hace un silencio absoluto
en una plaza de toros
de ruedo en forma de anillo
sobre el que un toro
bravo y con instinto
realizó su faena sin importarle el inmerecido castigo
al que fue por el diestro y su cuadrilla sometido.
Autor: José Vte. Navarro Rubio
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