domingo, 9 de junio de 2013

POESIA: CARAJO GRITÉ Y ESCUPÍ SAPOS POR LA BOCA

 
           I
Plenitud y silencio
duda..................
alta la catedral
y pequeñas sus figuras
no se si creo
o
venido el caso
si creería

      II
La piedras desnudas
mueren todos los días
y resucitan
sin necesidad de ayuda
al canto del Ángelus
en el mediodía

    III
Oscuridad
y luz difusa,
olor a cera,
plegarias, rezos
y preguntas
de los que salen sin mirar a las alturas
y de los que entran
en una catacumba
donde crecen silencios
tras cada nicho o tumba.

    IV
Cuenca
allí
y arriba,
y abajo
tan tranquila,
en la quietud de un momento
sin más habladurías
que el sonido de un pito
en la boca de un policía.

    V
Soy y seré
quizás mi pregunta
sea agua consumida
en una pila
que bebe el ganado
después de una jornada dura.

   VI
Atino en decir
que me asaltan las dudas
por hacer lo que quiero
y no lo que debería,
romper los versos,
comerme las rimas,
hacer una gran hoguera
y en mitad de las llamas vivas
arrojar los millares de hojas
que me sirven de ayuda
en esos momentos concretos,
de ellos hay muchos en la vida,
en que uno se siente tan libre
que por la boca le sale espuma.

      VII
Y tu aquí
¿qué me preguntas?
No sabes que la noche
es parte de esas historias duras
que cada uno cuece
en la olla de su memoria selectiva
para ofrecer como comida
cuando presiente
que le asaltan las dudas.

       VIII
De todos los versos el octavo
me causa tristeza repentina
no se por qué el 8
tiene tanta carga emotiva
si nunca jugué al fútbol
ni a esa edad yo sabía
que un día
haría con el 8 una poesía.

      IX
Canta
y puede ser la alondra
y canta
y puede ser el poeta
y canta
y se da
tanta desvergüenza
en esta España
cada vez más selectiva
que del canto cojo
las letras que
por la calle el aire ventila.

    X
En la hora décima
mueren  en el mundo
tantos mortales
que no cabrían
ni el Vaticano
por estar lleno de curas
ni en el Palacio de Oriente
reservado para fiestas oportunas
ni en el mayor de los teatros
donde las pajaritas
se mueren de risa
en los cuellos de las camisas
ni en un cementerio
de esos de lápidas votivas
ni en el corazón de los ricos
pues ellos no sienten ni de la tristeza ni de la amargura.

    XI
Por fin respiro
me se llegado al momento
de acabar con esta locura
de decir lo que siento
y de no escuchar a nadie preguntando ¿de que dudas?

   XII
Y subió Moisés a la cima de un monte
donde no sabía
que le esperaba un cantero
esculpiendo en una piedra muy pulida
tantos mandamientos
que desde entonces los que mandan en el mundo
se dedican a lanzar Constituciones
que solo sirven para decir ¡cuanta democracia escrita!

Autor: José Vte. Navarro Rubio

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