rumores de todos los vientos
en una tarde caída
de amores y deseos
en los labios de dos enamorados
un prolongado beso
a las orillas de un río
que se marcha lejos,
y cerca de una plaza
con puertas forjadas de madera y hierro
donde se oye,
¡solo se oye!,
casi ya anocheciendo,
¡te quiero!
Es como un eco
o como un prolongado deseo
o solo eso
amor limpio y tierno
en esos momentos
en que dos jóvenes
él y ella,
los dos,
a lo cierto,
se dicen
te amo
y se oye
como respuesta, te quiero.
Toledo en verano
huele a flores silvestres
en una alameda
bebiendo agua que le viene desde lejos
y que para más consuelo
cuando es el momento
de vestirse de largo
cuelgan de su talle
como si fueran modelos.
Autor: José Vte. Navarro Rubio
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