sábado, 5 de octubre de 2013

POESÍA: DE PASEO POR EL MAGRO ENTRE L'ALCUDIA Y CARLET

 

No es un paraíso lo que la mirada alcanza a ver y contempla
aunque no lo parezca
es una sala de torturas por la que mi alma se pasea
desde que las injusticias pueblan el planeta tierra
y desde que aprendí aquella cantinela de que la letra con sangre entra.

Desde el puente por el que camino se ve una palmera seca
por culpa del picudo
que dentro de ella tiene su despensa.
Alta y espigada la palmera
ella era la reina de ese trozo de huerta.

Voy por una senda
junto a un río,
entre árboles de ramas secas
y de compañero en esta vuelta llevo un perro
que alborota a los patos con su presencia.

Unas cañas sobre el camino tienden un puente
que parece una pasarela
por la que las hormigas se pasean.

En el agua del río
corriente junto a mi muerta
el perro chapotea
se cree el rey
de esta pequeña selva
sin leones ni jirafas, ni cebras
y sin poblados de negros tocando tambores y durmiendo la siesta.

Ladra el perro pues le molesta
mi espíritu de poeta
siempre llevando en las manos una libreta
en la que desgajo a hachazos
el paisaje que mis ojos contemplan
para hacer con él
lo que quiera.

Una pluma sobre el suelo
de un ave que la perdió en una pelea,
un guijarro redondo que sale a mi presencia,
todo esto me suena
a aquella época de conquistas
en que un rey venido de fuera
usaba estos guijarros como artillería de guerra.

Lleva la senda entre rompientes,
y entre laderas,
en las que crecen arbustos
que de ellas se cuelgan
junto a árboles que con certeza
son como las almas en pena.

Lirios en la ribera y azucenas y junqueras
que se doblan ante mi presencia,
noble es su espíritu y se merece que se les trate con mucha delicadeza.

El agua del río se siente presa
del cauce que la marea
y entre engaños se la lleva bajo su tutela
a un nuevo hogar
donde dicen que viven las sirenas.

El fuego lame con su lengua,
el fuego mata con su presencia,
el fuego de la inquisición reducía a cenizas a quienes abrían los ojos a la ciencia,
y el fuego de las chimeneas calienta.

El fuego sobre la ribera del río Magro
se come la naturaleza
y deja reducida a cenizas a la naturaleza
para que vuelva a surgir libre y como quiera.

Cerca del área de recreo de l'Alcudia
cierro la libreta,
aquí se acabaron los poemas,
ahora viene acelerar el paso
pues la noche ya está haciendo acto de presencia.

Autor: José Vte. Navarro Rubio




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