Sin oblea, miel azúcar, canela y nueves
no les podríamos hablar
de esta receta que a continuación les voy a explicar.
Dulce es
y de buen tragar
que se come para Nochevieja y Navidad, San Lorenzo y San Andrés, San Antón y San Blas,
como postre o Dios nos venga a explicar.
En esto de los dulces
los árabes que vinieron a España atravesando con Tarik y Muza el estrecho de Gibraltar
saben más de lo que nadie se puede imaginar.
Tanto tiempo estuvieron en la piel de toro, de aquí para allá,
y tanto llegaron a amar
a la tierra que un día verían desde lejos como se quedaba atrás
que en aquellos lugares del norte de África donde se fueron a afincar
guardan todavía las llaves de las casas de su España natal.
Dicho esto, que es cultura general,
vayamos, como yo digo allá,
en esto de explicarles una receta
muy fácil de preparar y más de liquidar.
Comenzamos como siempre
colocándonos un delantal
hasta las rodillas y bien apretado por detrás
con el fin de que se nos caiga al suelo y la vayamos a liar.
Y ahora sin más
me voy a la receta
y para ello tengo que machacar
nueces de Alcalá del Júcar, si es que quedan por el lugar,
mientras hacemos un almíbar con azúcar, miel y canela en rama, para no variar.
Realizado el almíbar y sin parar de menear tal y como les acabo de explicar
dejamos caer en él las nueces
hasta que se forma una masa muy fácil de identificar
por lo homogenea que queda al sacarla para catar
con ayuda de una cucharilla de café con leche natural
Por fin solo queda
sobre la oblea derramar
un poco de masa
y dejar enfriar
para con mucha delicadeza probar.
Autor: José Vte. Navarro Rubio
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