jueves, 17 de octubre de 2013
POESÍA: QUE LA MUERTE VENGA Y ME LLEVE
Nos devuelve el tiempo,
si amigo, nos devuelve, a la senda y al camino,
a la noche y a la calle
en la que de pequeño te sentías libre y en la que
un día soñasteis
con lucir gorro y traje
como los marinos sobre la cubierta de un mercante.
Dicen que todo llega y a mi edad ya me ronda
la muerte que vi en los ojos de mi madre
y luces que a veces se apagan en los de mi padre.
Que la muerte venga y a mi me lleve
pues es triste,
pues el alma se rompe,
de ser en el tiempo que nos queda en un viejo almanaque
un día de un mes y de un año de un siglo XXI que a mi me sabe a dislate.
Para beber que me den aguardiente de orujo, blanco y frío de remate
y tiempo. Solo el suficiente
para reposar las ideas y no hacer ningún disparate.
Que no se diga y que no se mencione
algo que no sea que murió como un valiente
a lo Pancho Villa, a lo Viriato, entre Motines de Esquilache,
aunque sea, solo sea, apunta bien mi voz cantante, en una acera o en un mal viaje.
Que la muerte es de los ricos
algo que no querían
pues la fortuna fuera del cementerio les queda
a la espera de que el duelo pase
y de los pobres
la muerte a veces es un alivio ¡que disparate!
alivio suave,
por lo que se llevan que no dejan
una vida al margen
de lo que a los cuatro vientos pregonan las sociedades alineadas con los GRANDES.
Morir en la selva en un mundo salvaje
con los ojos mirando al cielo
y al lado sonando de hambre gigantescas cataratas y ríos de aguas interminables.
Autor: José Vte. Navarro Rubio
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