No nació conmigo.
Venia de lejos
como agua de río
y al llegar allí donde se daba remanso y risas de quienes esperábamos un milagro bíblico
se produjo un flujo de políticos
que a lo visto ha servido
para que volvamos a caer en los abismos..
Los políticos no se destruyen
se transforman asimismo
como si fueran salamandras o quizás de no equivocarme en mi vaticinio
para que sigan comiendo de corralito en corralito.
Se retuerce la víbora sobre si mismo
cuando intuye el peligro,
eso lo he visto
yo mismo
allí donde la voz de los representantes políticos
debiera ser palabra transmisora de lo que han prometido
o de aquello otro que figura en su programa político
incumplido.
No nació conmigo.
Ya venía de lejos
de sufrir persecución y martirio
por eso cada paso atrás que damos
es como si se rompieran los hilos
que unen a los ciudadanos con sus políticos.
Los que duermen en la calle y los que han perdido
trabajo, casa y todo aquello que les servía de lazo de unión con el mundo
esperan como buenos hijos
que los que velan por ellos
no se conviertan en una roca caída en mitad del camino
que les impide el paso y los convierte en seres sin destino.
Autor: José Vte. Navarro Rubio
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