Fuente de la información: blog: cavilaciones desde Obihiro
5 de julio de 2010
La misión de Hasekura: algunas reflexiones
En
1609, un galeón español que se dirigía a Acapulco, naufragó cerca de
las costas de lo que actualmente es la prefectura de Chiba. Sus
tripulantes, entre ellos, Rodrigo de Vivero (ex gobernador de las
Filipinas), fueron rescatados por pescadores de la zona.
Posteriormente,
Viveros se entrevistó con Ieyasu, primer shogún de la Casa de los
Tokugawa. En esta histórica reunión ambos personajes firmaron un primer
acuerdo en donde se establecieron las pautas para el bosquejo de un
acuerdo preliminar de comercio y se estipuló también que en el futuro
Japón mandaría una misión diplomática a Madrid para establecer un
acuerdo diplomático más serio.
Este
encuentro ha sido catalogado como el inicio de las relaciones entre
España y Japón, pero también entre México y Japón, ya que el naufragio
del San Francisco mostró
a los japoneses que existía una tierra desconocida en el oste del
Océano Pacífico. Además, algunos tripulantes eran novohispanos (aunque
probablemente, el primer novohispano que llegó a Japón fue Felipe de
Jesús, quien fue crucificado en 1597, en el puerto de Nagasaki).
En
lo personal me parece que es una interpretación un foco forzada, ya que
después de esa fecha no habría realmente lazos de amistad entre México y
Japón. De hecho tendría que pasar casi 280 años para que ambos países
tuviera una relación diplomática real.
¿Por
qué sucedió lo anterior? En el siglo XVII, el shogunato de los Tokugawa
cerró sus fronteras y prohibió a los japoneses salir del archipiélago,
así como profesar la religión cristiana. Asimismo, se rompieron las
relaciones con las principales potencias europeas como Portugal, España e
Inglaterra y sólo se mantuvieron relaciones comerciales en puertos
específicos con Holanda y Corea (con esta nación sí se firmó un acuerdo
diplomático), así como China (con este país no una relación diplomática
formal). De este modo, los japoneses y mexicanos perdieron los lazos que
habían estrechado en 1609.
Sin
embargo dejando un poco la fanfarronería académica y las precisiones
históricas, creo que 1609 no deja de ser una fecha importante. Y bueno
ha servido para que el gobierno de ambos países fortalezcan sus
relaciones.
Prueba
de lo anterior han sido las distintas celebraciones que se han
realizado durante el año pasado. Algunos eventos, desgraciadamente,
fueron cancelados por el brote de la “gripa porcina” en México, pero
otros lograron emprenderse sin ningún problema.
Ahora
bien, en el marco de la celebración de los 400 años de amistad entre
México y Japón, un tema que llamó la atención de muchos japoneses y
mexicanos, por lo menos con los que he podido charlar, fue la misión
diplomática que envió Masumane Date a la Nueva España.
Esta
comitiva estaba encabezada por Tsunenaga Hasekura y el franciscano Luis
Sotelo, quien fungió como traductor de la misión. El barco salió de
Japón en 1611 y cruzó el Pacífico hasta llegar a Acapulco. Después de
pasar un breve periodo por la Nueva España, la Misión atravesó el
Atlántico y en 1615 se entrevistaron con el Rey Felipe III. En el
trayecto muchos de los samuráis fueron cristianizados, incluyendo el
propio Hasekura. Finalmente, la Misión llegó al Vaticano y después
emprendió el regresó a Japón, llegando al archipiélago en 1620.
Hasta
la fecha no se tiene muy claro por qué Masamune mandó esta comitiva. Ni
tampoco por qué los Tokugawa permitieron la salida de la Misión de
Hasekura. En esos años, los Tokugawa ya habían decidido expulsar a todos
los jesuitas y franciscanos del país. De este modo, era irreal querer
establecer relaciones diplomáticas con una nación como España que había
exigido como requisito fundamental que los japoneses aceptasen la libre
entrada de los jesuitas y otras grupos cristianos al archipiélago.
Desgraciadamente,
no existe un diario de Soltelo ni de Hasekura que permita establecer
una explicación más clara. Además, mucha de la historiografía sólo
recalca su importancia como un evento exótico y sólo han considerado que
fue un fracaso. A lo mejor es necesario revalorarlo y bueno, ¡qué mejor
momento que ahora que se cumplieron 400 años del inicio de las
relaciones de amistad entre México y Japón!
Cabe destacar que Hasekura y su comitiva fueron los primeros japoneses
que emprendieron un viaje a Europa. Yo creo que eso tiene un valor
importante. En fin.
Ahora bien, dentro de esta historiografía, hay un obra interesante que quisiera reseñar aquí.
No es una investigación académica. Es una novela histórica, titulada Samurai, publicada en 1980. Su autor es Shusaku Endo (1923-1996). Este autor es uno los escritores de la posguerra más importantes y según un amigo escritor mexicano, ha logrado acaparar la atención de muchos lectores en España y México.
No es una investigación académica. Es una novela histórica, titulada Samurai, publicada en 1980. Su autor es Shusaku Endo (1923-1996). Este autor es uno los escritores de la posguerra más importantes y según un amigo escritor mexicano, ha logrado acaparar la atención de muchos lectores en España y México.
Lo
anterior se debe probablemente a su situación singular: Endo era
católico. Endo ha mostrado en sus obras los contrastes que existen entre
la cultura japonesa y el cristianismo, así como las dificultades de ser
católico en una sociedad como la japonesa. De hecho, para muchos
lectores no japoneses su obra es una especie de orientalismo. Yo no he
leído mucho sus obras, salvo Samurai.
Por lo que toca a Samurai.
Es una obra ficticia pero que narra muy bien los problemas de identidad
y las ambiciones personales que probablemente tuvieron Hasekura y
Rodríguez (Luis Sotelo) durante su larga misión diplomática. Una obra
que merece ser traducida al español y más en México, ya que una parte de
la obra transcurre en la Nueva España.
Ojalá que se dé esta oportunidad, algún día.
No hay comentarios :
Publicar un comentario