FUENTE: Opinión
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Fecha de publicación:
02/05/2014
12:31
Dice el diccionario que un macarra es aquella persona que se comporta
de manera agresiva, insolente y chula. En posteriores ediciones,
supongo, aparecerá la cara del Presidente de Cantabria, Nacho Diego,
como la mejor definición de la palabra.
El video de su llegada a Sniace encarándose con los allí encerrados y “reconociendo” que se iba a reír de ellos no es nuevo. Ya los hizo con los profesores que reivindicaban sus derechos laborales.
Somos muchos los damnificados de su falta de educación, de su carencia de ética y de su incapacidad no sólo de sacar a Cantabria de la crisis, sino de dejarla por lo menos como la encontró cuando llegó.
Cantabria no ha hecho más que empeorar en todo: más paro, menos becas, menos sanidad pública, copagos sanitarios para los mayores, menores prestaciones en dependencia, caída de los autónomos, descalabro del PIB… Lo peor de todo es que el Gobierno de Cantabria ha acabado hasta con la esperanza de la gente que es lo peor que le puede pasar a un pueblo consumido por una crisis brutal y muy larga.
Y sí, no hay esperanza de vida inteligente en un gobierno suyo único argumento es la “herencia recibida” y cuya única acción reconocida esta legislatura será la de hacer de oposición de la oposición.
Y es que Nacho Diego será recordado como el Presidente que más insultó y faltó al respeto de los cántabros, a diputados, concejales, profesores, bomberos y demás sectores vilipendiados no sólo por sus políticas sino por esa verborrea simple de callejón de mala muerte.
Siempre será recordado por ser el artífice de bajar las prestaciones de dependencia más de un 35% mientras le sube un 40% al asesor tuitero del gobierno que pasa sus días en el grupo parlamentario popular por esta teoría tan del PP de que “lo que hay en España es para el que lo apaña”. Y como el “que parte y reparte se lleva la mejor parte”, el PP está haciéndose un “Juan Palomo, yo me lo guiso y yo me lo como” con el dinero de todos. Ya se sabe “más vale pájaro –gaviota- en mano, que ciento volando”.
Es obsceno saber que este Presidente de Gobierno ha gastado miles de euros en procesos judiciales que han demostrado que sólo se ha dedicado a despedir a personas con derechos laborales para meter a la cuadrilla de colegas de su partido. Miles de euros en despidos improcedentes, en procesos judiciales que buscan más apagar una sed de venganza personal que resarcir derechos a los cántabros.
Y en este estado de cosas, ¿quién se puede sorprender de los datos de una EPA que han callado hasta al mismísimo Communiy Manager del Presidente de Cantabria, incapaz de buscar un argumento que no sonara a insulto a la inteligencia de los cántabros? Ni la contratación masiva de empleados en corporaciones locales y en los proyectos singulares de empleo han conseguido maquillar una economía que desangra por la incapacidad de este gobierno del PP de cambiar el rumbo que lleva a Cantabria a embarrancar contra el peor de los obstáculos: la indecencia e incapacidad política del súbdito servil de Rajoy.
El video de su llegada a Sniace encarándose con los allí encerrados y “reconociendo” que se iba a reír de ellos no es nuevo. Ya los hizo con los profesores que reivindicaban sus derechos laborales.
Somos muchos los damnificados de su falta de educación, de su carencia de ética y de su incapacidad no sólo de sacar a Cantabria de la crisis, sino de dejarla por lo menos como la encontró cuando llegó.
Cantabria no ha hecho más que empeorar en todo: más paro, menos becas, menos sanidad pública, copagos sanitarios para los mayores, menores prestaciones en dependencia, caída de los autónomos, descalabro del PIB… Lo peor de todo es que el Gobierno de Cantabria ha acabado hasta con la esperanza de la gente que es lo peor que le puede pasar a un pueblo consumido por una crisis brutal y muy larga.
Y sí, no hay esperanza de vida inteligente en un gobierno suyo único argumento es la “herencia recibida” y cuya única acción reconocida esta legislatura será la de hacer de oposición de la oposición.
Y es que Nacho Diego será recordado como el Presidente que más insultó y faltó al respeto de los cántabros, a diputados, concejales, profesores, bomberos y demás sectores vilipendiados no sólo por sus políticas sino por esa verborrea simple de callejón de mala muerte.
Siempre será recordado por ser el artífice de bajar las prestaciones de dependencia más de un 35% mientras le sube un 40% al asesor tuitero del gobierno que pasa sus días en el grupo parlamentario popular por esta teoría tan del PP de que “lo que hay en España es para el que lo apaña”. Y como el “que parte y reparte se lleva la mejor parte”, el PP está haciéndose un “Juan Palomo, yo me lo guiso y yo me lo como” con el dinero de todos. Ya se sabe “más vale pájaro –gaviota- en mano, que ciento volando”.
Es obsceno saber que este Presidente de Gobierno ha gastado miles de euros en procesos judiciales que han demostrado que sólo se ha dedicado a despedir a personas con derechos laborales para meter a la cuadrilla de colegas de su partido. Miles de euros en despidos improcedentes, en procesos judiciales que buscan más apagar una sed de venganza personal que resarcir derechos a los cántabros.
Y en este estado de cosas, ¿quién se puede sorprender de los datos de una EPA que han callado hasta al mismísimo Communiy Manager del Presidente de Cantabria, incapaz de buscar un argumento que no sonara a insulto a la inteligencia de los cántabros? Ni la contratación masiva de empleados en corporaciones locales y en los proyectos singulares de empleo han conseguido maquillar una economía que desangra por la incapacidad de este gobierno del PP de cambiar el rumbo que lleva a Cantabria a embarrancar contra el peor de los obstáculos: la indecencia e incapacidad política del súbdito servil de Rajoy.
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