Vendía la astucia como si fuera un lucero
desparramando guiños emboscado tras un nubarrón negro.
Tal como les hablo
en todo hubo su acuerdo
y así como viene la noche
y así como yo me quedo,
cuando me agarro a las páginas de un libro
ya echado el freno del entendimiento,
leo
en la historia que se cuenta a través de episodios bien nutridos de batallas
que el ser humano siempre busca ir más allá de donde alguien le dicta con el dedo.
Me acojo a lo que quiero
para fabricar con ásperos argumentos
mi propia visión de la vida,
esa de la que disfruto y veo
como pasa junto a mí y en ello se abre un paraíso sin más frutos perecederos
que una manzana podrida y junta a ella unos bien nutridos deseos
de quienes fueron arrojados del Edén por creerse superiores al Dios que los creó para su goce eterno.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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