miércoles, 22 de octubre de 2014

CIERRA EL PICO, QUE HACE FRÍO

 

Cisneros y Ramírez polémica sobre las universidades

Fuente: “Cierra el pico, que hace frío” (El Cañavate, 1511)
ANTONIO LÓPEZ DE ZUAZO ALGAR
Universidad Complutense de Madrid

Actualmente se quieren fundar muchas universidades en cada provincia o en cada pueblo. Antiguamente sucedía algo parecido: en la Universidad de Salamanca se matricularon unos 4.000 alumnos en el año1500. El cardenal Pedro González de Mendoza (1428-1495) había fundado el Colegio Mayor de Santa Cruz en Valladolid desde 1484. El obispo de Málaga Diego Ramírez de Villaescusa (1459-1537) también quería fundar el Colegio Mayor de Cuenca en Salamanca desde 1506 y había empezado a construir una universidad en su pueblo, Villaescusa de Haro (Cuenca), pero Cisneros se lo prohibió en 1511. Mientras el cardenal e inquisidor había empezado con el curso de 1508-1509 en Alcalá de Henares; en 1511 ya tenía casi 1000 alumnos y no le parecía bien que hubiese otra universidad en un pueblo de Cuenca para quitar alumnos a Salamanca o a Alcalá. “El buen paño se vende en el arca”, se dice: los estudiantes van a Salamanca sin necesidad de Publicidad.
Tanto Cisneros como Diego Ramírez de Villaescusa habían estudiado en la Universidad de Salamanca, pero los salmantinos estaban muy lejos de Toledo, de Cuenca y de Granada. Querían el Colegio Mayor en Valladolid, la tercera universidad en Alcalá y la cuarta en Cuenca... mientras en 1509 todavía no tenían libros para los alumnos complutenses. Cisneros había construido su edificio con ladrillos baratos, austeros; cincuenta años después el rector de Alcalá añadió piedras nobles en la fachada. Desde 1505 hasta 1510 no se publicaron libros en Alcalá. Cisneros veía que el rey Fernando gastaba el dinero para publicar un voluminoso Cancionero general y el obispo de Málaga quería construir una universidad con piedras de lujo en Cuenca. 
Cisneros decidió frenar la universidad de Diego Ramírez y dedicar el presupuesto para publicar los libros de Alcalá: el 27 de marzo de 1511 se publicó su primer libro con su escudo del cisne, La vida de la bienaventurada santa Caterina, de Raimundo de Capua; su segundo libro, un Sermón de amor de Diego de San Pedro, el 3 de mayo de 1511; y el tercero, la segunda edición de santa Catalina, con 6 líneas de texto más, el 26 de junio de 1511. Ya los siguientes libros de la universidad complutense salieron en septiembre y en diciembre de 1511. Finalmente, en 1514-1517 salieron los seis volúmenes de la Biblia Polyglota Hebraice, Chaldaice, Graece et Latine, la obra maestra del cardenal, aunque fuese viejo y tuviese frío.
Francisco Jiménez de Cisneros diría a Diego Ramírez de Villaescusa: “Primero, mil fanegas de trigo para la villa de Alcalá; después hay que publicar los libros de mi universidad complutense; más tarde tu Colegio Mayor de Cuenca en Salamanca; pero crear la universidad en tu pueblo... queda para más adelante, obedéceme a mí: frigere et non dicere; ahora hace frío, cállate, olvida tu universidad en Villaescusa de Haro; no hay dinero para todo; si queda algo, para el hospital de Illescas. En Salamanca hay 4.000 alumnos y en Alcalá solamente 1.000 estudiantes, no necesitamos otra universidad conquense más. Después yo pondré una inscripción sencilla en El Cañavate”.
Y contestaría el obispo de Málaga en 1511: “He empezado a construir una universidad en Villaescusa, pero dedicaré este edificio para mis dos sobrinos; me contento con el Colegio Mayor de Cuenca en la Universidad de Salamanca; hace más frío en Cuenca que en Salamanca. Por otra parte, Andalucía está muy lejos: deseo cambiar el obispado de Málaga por el obispado de Cuenca y que Rafael Riario se marche a Málaga”. Algo así se dijeron los obispos y todo quedó prometido como caballeros.
Cuando en 1516 Ramírez escribió su “Instrucción” a su sobrino Pedro Ramírez para explicar a Carlos V: “Diréis cómo el señor cardenal (Cisneros, regente de Castilla), diciendo que la ayuda de costa era voluntaria y que expiró por la muerte del Rey (Fernando el Católico), mandó que no se me pagase, sino los cien mil
maravedíes... Si el Rey (Carlos V) está en voluntad de trasladarme a otra iglesia, yo no habré placer de ser trasladado sino a las iglesias siguientes: Toledo, Sevilla, Santiago, Burgos, Palencia, Osma, Cuenca, Sigüenza, Córdoba, Plasencia y Jaén. Vale Málaga en arrendamiento siete mil ducados...Diréis cómo el obispado de Cuenca es uno de los honrados de estos Reinos, porque ha estado cuarenta años y más tiempo en mano de cardenales italianos, que han llevado la Renta de él y proveídos de los beneficios a italianos, está muy perdida aquella tierra...” Y en 1518 Rafael Galeoto Riario marchó como obispo a Málaga y Diego Ramírez de Villaescusa vino como obispo a Cuenca, donde fue muy querido por sus fieles

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