sábado, 29 de agosto de 2015

POESÍA: SE ACABÓ LO QUE SE DABA Y DE QUE MANERA

El viaje en coche iba la mar de tranquilo,
pero a poco de tocar la autovía
un botón me  visa de que no queda gasolina.

Con mucha paciencia uno
se atreve a cambiar de rumbo,
dada la hora que era
para buscar una gasolinera abierta
donde asegurarse gasolina con que alimentar a esa fiera
de coche con tantas teclas.

Al fondo a mano izquierda
se ve una luz que parpadea
como quien dice aquí estoy amigo
por si necesitas que te eche una mano a la cartera
para que pongas gasolina a ese coche que en vez de correr parece que sestea.

Con mucha pericia
encarrilo el coche hacia donde un surtidor avisa
que allí se puede repostar gasolina
no sin antes pasar por el cajero
para pagar a tocateja lo que el coche necesita
para llegar a casa aunque sea con la tercera puesta.

Lo del cajero no lo cuento
porque da miedo
hay que ser catedrático en matemáticas puras
para entender cual es la manera
de introducir la tarjeta
y poder llenar el coche antes de que se agote la paciencia.

Tras un minuto de mucho hacer
lo que una voz de señorita manda con buenas maneras
uno se desespera
pues la tarjeta no entra
y no hay forma humana
de que uno pueda llegar a salir de buenas maneras
de ese aprieto al que le ha llevado una maquina cualquiera
de esas que quitan trabajo y marean

¡Por fin, aleluya!
puedo terminar la operación
sin sufrir más torturas
que aquellas
que uno da por buenas,
pues el viaje de regreso a casa, ahora comienza,
después de repostar
y de salir de la gasolinera
metiendo las  marchas con mucha cautela.

Autor: Jose Vte. Navarro Rubio

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