Alguien abrió la puerta
pensé,
quizás nos traiga suerte
la misma
que la que tienen
esos guachos que en el nido se alimentan de lo que les trae su madre.
Alguien dijo
adelante
y aquel hombre
avanzó
por un pasillo lleno de cascotes
despacio
sin decir buenas noches.
Alguien pregunto:
¿Aquí que hace?
y aquel hombre
se dio la vuelta
tras excusarse
y aclarar con palabras incoherentes
que la culpa era de aquella llave
que igual abría un palacio que la casa de un pobre.
Autor: Jose Vicente Navarro Rubio
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