sábado, 13 de enero de 2018

HISTORIA DE UN COMBATIENTE DE LA DENOMINADA QUINTA DEL BIBERÓN

Mi padre siempre contaba una historia que tenía que ver con la guerra civil y con su participación en ella, como componente de la quinta del biberón. Esa historia tan repetida transcurrió durante su periodo en el frente, cerca de la Ciudad Universitaria de Madrid y del cerro Garabitas,,Casa de Campos junto al puente llamado de los franceses y al lado de la carretera que iba y va a la Coruña.

Mi padre recordaba esta canción:

Puente de los Franceses

puente de los Franceses
puente de los Franceses
mamita mía nadie te pasa, nadie te pasa.
Porque los milicianos
porque los milicianos
porque los milicianos
mamita mía que bien te guardan, que bien te guardan
Por la Casa de Campo
Por la Casa de Campo
Por la casa de Campo
mamita mia y el manzanares, y el manzanares
Quieren pasar los moros
Quieren pasar los moros
Quieren pasar los moros
mamita mia no pasa nadie, no pasa nadie
Madrid ¡que bien resistes!
Madrid ¡que bien resistes!
Madrid ¡que bien resistes!
mamita mía los bombardeos, los bombardeos
De las bombas se ríen
de las bombas se ríen
de las bombas se ríen
mamita mía los madrileños, los madrileños.

Bien es cierto  que con 17 años por aquellos días de 1937 el niño convertido en hombre, por arte y gracia de las extrañas casualidades de la historia, lo pasó mal como consecuencia de la huida al otro bando de un soldado al servicio de la República que tenía en el otro frente,  a escasos 100 metros de distancia, a familiares cercanos que combatían en el mismo bando. Este hecho, tan insignificante, en apariencia, es el que desencadenaba el relato que mi padres nos contaba, a mi y a mi hermano, de forma repetida y sin variar una sílaba a sus 96 años, poco antes de morir el año pasado.

Justo por aquellos días los de su muerte, mi hijo encontró en internet una dirección a la cual yo acudí y allí observé que figuraban unas referencias que tenían que ver con un sumario.

Después de casi un año de espera he conseguido por fin recibir la documentación correspondiente y la forma de pago de 197 folios de papel, copias, 57 euros, que me servirán para vivir esos momentos que mi padre nos contaba con este final: Me las vi apuradas por culpa de un malnacido que dio un chivatazo de algo que yo y otro compañero no habíamos hecho.

Hasta en las trincheras había envidias y recelos entre los propios combatientes de un mismo bando, las diferentes ideologías, comunistas, anarquistas, socialistas, republicanos y llamados a quinta con carácter obligatorio debieron crear un caldo de cultivo difícil de manejar.

Estoy deseando que ese legajo de papel llegue por correo certificado a mis manos, lástima es que mi padre no lo haya podido leer, pues su lectura le habría producido placer. Mi padre estaba curado de la guerra, nunca le oí comentarios que no fueron más allá de lo que se pueden calificar como normales en quien a base de grandes sacrificios supo superar esa tragedia que dividió a un País y arruinó la vida de muchas personas.

Autor: Jose Vte. Navarro Rubio

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