Todo igual
desde el coche, al domingo,
infinitos los silencios,
algo así como un conjunto
de ideas convertidas en humo.
Cinco dedos, cinco,
desde el más pequeño
hasta el último,
todos ellos en dos manos,
cinco más cinco
y si en algo uno se siente entretenido
son cinco,
todos ellos los dedos
con los cuales comulgo.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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