Tampoco
con ello
no es la luz
lo que veo.
Siento
las tinieblas
y los viejos recuerdos
de los marineros
en cantinas
y cementerios
leyendo sobre sus labios
de aguardiente sedientos
como el mar se comía
a quienes sobre ellos
eran como la mantequilla
que se unta con cuchilla de acero
sobre pan tostado, en los dientes crujiendo.
Autor: Jose Vicente Navarro Rubio
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