sábado, 11 de junio de 2011

EL MOLINO DE VIENTO

                                                                  

  Si se preguntan porque he usado el Molino de Viento como cabecera gráfica del blog les tengo que decir que ha sido algo ajeno a mi voluntad. El blog lo ha desarrollado mi hijo, Lluís, y a él le ha venido la idea. No esta  mal que el molino sea el emblema,  pero al mismo tiempo tengo que decir, para los que no conozcan Pinarejo, que sin lugar a dudas el lugar ha mejorado ostensiblemente  gracias al buen hacer de la alcaldesa de Pinarejo, Marí Carmen Navarro, que ha sabido dar el lugar  una cierta utilidad.

Este que ven es lo que quedaba de un molinero harinero que se vino a alzar hacia mediados del siglo XXIII y del cual  han perdurado hasta la reciente  reforma los restos que contemplan en la fotografía. Nadie de los pinarejeros en vida lo ha visto moler nunca, esta es señal de que el Molino debió decaer en sus funciones sobre principios del siglo XX                  

El Molino de  Viento de Pinarejo era  y es el lugar de  encuentro de  jóvenes y menos  jóvenes que se desplazan hasta el lugar para ver como el día nace y decae. Una  visita obligada para aquellos que se desplazan hasta el pueblo es  visitar el Molino de Viento  y ver desde allí arriba como la planicie  se extiende a lo lejos hasta perderse y como el pueblo permanece quieto a sus pies.

¿Quién no recuerda aquellos días de Pinarejo en que las  yuntas de mulas y los borriquillos salían del pueblo bien compuestos  para realizar las tareas propias de la temporada: podar, labrar, acarrear y recolectar? Y me pregunto yo ¿que nos queda de aquello?  Tal y como piensan los escépticos yo diría que nada. Pero los románticos, este es  mi caso, pensamos de otra forma diferente. Volver la vista atrás  y no encontrar los lugares ni las formas ni los hechos es altamente peligroso, por eso debemos, esta es nuestra obligación, recapitular y por lo menos pensar que, aunque los tiempos modernos son mejores, de aquellos otros tiempos también podemos sacar buenas conclusiones y alguna que otra lección ahora que estamos en crisis. 

La ubicación del Molino era la perfecta. Se encontraba situado en el lugar donde el viento llegaba con más fuerza y donde las aspas del molino, por ello, tenían más facilidad  para moverse y ejercer con su fuerza el trabajo para el que habían sido pensadas.

Todavía recuerdo ver llegar por el camino del Molino y después bajando por la calle de las  Eras a las mujeres camino de sus casas después de haber estado ayudando en las eras a que la paja se separara del trigo. Bajaban   vestidas de largo hasta los pies, con sombreros de paja sobre la cabeza, pañoletas cubriendo la cabeza y parte de la cara y siempre con sonrisas profundas y alguna que otra palabra de saludo que casi siempre iba acompaña de un interrogante: pues sí, pero, aunque, si Dios quiere, ya veremos. Era un atuendo serio y severo el de la labranza, tanto en los hombres como en las mujeres:

El traje de labranza era utilizado en las labores agrícolas: vendimia, siega, aceituna.

El de la mujer: se componía de: Refajo recio y de colores oscuros, cubierto por una sobrefalda generálmente de tonos estampados, que tenia como cometido principal recoger toda la suciedad que pudiera manchar el refajo al realizar las tareas del campo. Esta sobrefalda se retiraba del resto del traje a la entrada del pueblo luciendo así la falda tan limpia como al comenzar la jornada. Chambra amplia estampada. Mangas cubiertas con manguitos que servían para proteger las mangas de la suciedad, pañuelo grande a la cabeza y cuello, sombrero de paja, medias gordas y abarcas.

El del hombre: se componía de: pantalón de pana gorda, color negro cubierto en la cintura muchas veces con una faja negra o roja. Chambra de rayas azules que podía ir suelta o anudada a la cintura, camisa blanca, pañuelo al cuello, llamado de yerbas. Se cubrían las pantorrillas con unos trozos de tela blanca llamados peáles atados con correas de cuero, sombrero de paja y abarcas.

No se como terminar este encuentro con nuestro Molino. Hace poco estuve en el pueblo y tengo que comentar que directamente fuí hasta el Molino en coche. Que fotografías tan bonitas se pueden sacar del lugar y que panorámica del pueblo se divisa desde allí, como yo digo desde arriba , aunque que creo que la iglesia de Santa Águeda,  a falta de una  medición exacta, debe estar enclavada a  más altura que el Molino.

De Molinos por la zona creo recordar el de Pinarejo y el de Santa María del Campo Rus, allí, por los Cerros Blancos.

 José Vte Navarro Rubio

Otro artículo con poesía de José Vte. Navarro Rubio:

Yo le hubiera colocado a su lado una fotografía comparativa y la hubiera titulado antes y después. Este es el molino de aquellos días en que hasta la era nos acercábamos a jugar y a intentar subir por sus desgastadas escaleras hasta la parte superior que queda encima de la ventana que se abre sobre la puerta. Es una fotografía que sirve para toda una época pues esta imagen del molino recorre una gran parte del siglo XX, desde aquellos días en que cayó en desuso y su esqueleto se fue desmontando para su reutilización posterior.

Blanco es ahora el molino
que se levanta en la era,
blancas son las aspas
y oscura su cabellera.

Vuelan por el cielo oncejos
desde aquellos tiempos
en que había granos de trigo
en la tranquila era.

En tardes como ésta
duerme el molino y sueña
con un Señor llamado de la triste figura
que hasta su puerta llega
para hundir la afilada lanza
allí donde las aspas se cubren de blancas telas

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