Hoy me ha dado por el tema de los hermanamientos entre localidades y lo he hecho pensado principalmente en que podría servir para unir, si cabe, un poco más, a los pinarejeros peninsulares e insulares. Los hermanamientos sirven para fomentar los vínculos humanos y culturales entre las personas y es una forma de crear lazos de amistad y entendimiento entre países y localidades. Los hermanamientos obedecen a razones muy diversas como pueden ser ciertas características comunes, tales como tener una demografía similar, los mismos nombres, o desarrollo similares. Desde esta perspectiva desde siempre he pensado que si nuestro pueblo tuviera que estar hermanado con otra localidad mi candidata sería la localidad de San Antonio (Ibiza) por una serie de cuestiones, entre ellas:
-Porque la colonia de pinarejeros/as en la isla y en la localidad es muy numerosa.
-Porque los pinarejeros/as se encuentran muy bien integrados en la isla.
-Porque aparte de estar integrados muchos pinarejeros/as se han establecido de forma permanente en la localidad y han abierto negocios.
-Porque estas dos localidades, Pinarejo/San Antonio se compenetran muy bien: una esta ubicada en el interior y la otra en costa. Es decir lo que le falta a una le sobra a la otra.
-Porque en San Antonio se encuentra uno como en casa. Allí donde vas siempre hay alguien de nuestro pueblo, Pinarejo.
-Porque San Antonio y el turismo, en concreto, han posibilitado que muchos pinarejeros/as hayan tenido oportunidad de progresar y porque esta fuente de ingresos, atesorada por los pinarejos que trabajaban en San Antonio y en Ibiza, también ha repercutido sobre el pueblo bajo las formas de reforma de inmuebles, compra de útiles de labranza y de tierras.
Dicho esto no, sé si nuestro pueblo y los pinarejeros tienen una deuda con San Antonio, pero lo cierto es que cuando la juventud salió a trabajar fuera de los límites del pueblo lo hizo principalmente poniendo rumbo a las islas y la verdad sea dicha es que los pinarejeros/as no han defraudado a la isla, porque han ofrecido, con su cuerpo y con el corazón, lo mejor que podían ofrecer: el trabajo y la honradez. A partir de aquí cada uno puede pensar lo que quiera,. Mi apuesta, sin tener que ver nada con la isla y con San Antonio, viene motivada por las circunstancias que acabo de comentar. Es pura lógica.
Cada vez son más las localidades que se hermanan y fruto de estos hermanamientos surge nuevas formas de entender la vida y de entablar nuevas amistades con personas de otros lugares a los que no hubieras llegado a conocer si no hubiera sido por las posibilidades de contacto que ofrecen los hermanamientos. Creo que no se debe perder la oportunidad y que habría que intentar por parte de quien es competente para ello abrir una puerta a la esperanza. Si no se hace ahora cuando se quiera hacer será, a lo mejor, demasiado tarde. En estos momentos todavía esta activa la primera generación de pinarejeros/as que se desplazaron a la isla para trabajar, pero dentro de 40 o 50 años a muchos nietos de esta primera generación les resultará raro hasta oír el nombre de nuestro pueblo. Para los que vivimos en la península y fuera del pueblo es diferente ya que las posibilidades de desplazarse hasta el pueblo son más grandes, pero para los insulares el mar en si representa un grave problema a la hora de desplazarse a la península a nivel económico y de tiempo. Estos dos son los principales inconvenientes que se encuentran nuestros paisanos cada vez que por cualquier tipo de motivo: enfermedad de un pariente, vacaciones, tienen que "saltar como vulgarmente se dice el charco". Por estas circunstancias pienso que un hermanamiento sería la mejor medicina que podríamos usar para curar la nostalgia entre los que se encuentran lejos y por una u otra causa echan de menos a su pueblo y a sus familiares más cercanos y viceversa.
José Vte Navarro Rubio
-Porque la colonia de pinarejeros/as en la isla y en la localidad es muy numerosa.
-Porque los pinarejeros/as se encuentran muy bien integrados en la isla.
-Porque aparte de estar integrados muchos pinarejeros/as se han establecido de forma permanente en la localidad y han abierto negocios.
-Porque estas dos localidades, Pinarejo/San Antonio se compenetran muy bien: una esta ubicada en el interior y la otra en costa. Es decir lo que le falta a una le sobra a la otra.
-Porque en San Antonio se encuentra uno como en casa. Allí donde vas siempre hay alguien de nuestro pueblo, Pinarejo.
-Porque San Antonio y el turismo, en concreto, han posibilitado que muchos pinarejeros/as hayan tenido oportunidad de progresar y porque esta fuente de ingresos, atesorada por los pinarejos que trabajaban en San Antonio y en Ibiza, también ha repercutido sobre el pueblo bajo las formas de reforma de inmuebles, compra de útiles de labranza y de tierras.
Dicho esto no, sé si nuestro pueblo y los pinarejeros tienen una deuda con San Antonio, pero lo cierto es que cuando la juventud salió a trabajar fuera de los límites del pueblo lo hizo principalmente poniendo rumbo a las islas y la verdad sea dicha es que los pinarejeros/as no han defraudado a la isla, porque han ofrecido, con su cuerpo y con el corazón, lo mejor que podían ofrecer: el trabajo y la honradez. A partir de aquí cada uno puede pensar lo que quiera,. Mi apuesta, sin tener que ver nada con la isla y con San Antonio, viene motivada por las circunstancias que acabo de comentar. Es pura lógica.
Cada vez son más las localidades que se hermanan y fruto de estos hermanamientos surge nuevas formas de entender la vida y de entablar nuevas amistades con personas de otros lugares a los que no hubieras llegado a conocer si no hubiera sido por las posibilidades de contacto que ofrecen los hermanamientos. Creo que no se debe perder la oportunidad y que habría que intentar por parte de quien es competente para ello abrir una puerta a la esperanza. Si no se hace ahora cuando se quiera hacer será, a lo mejor, demasiado tarde. En estos momentos todavía esta activa la primera generación de pinarejeros/as que se desplazaron a la isla para trabajar, pero dentro de 40 o 50 años a muchos nietos de esta primera generación les resultará raro hasta oír el nombre de nuestro pueblo. Para los que vivimos en la península y fuera del pueblo es diferente ya que las posibilidades de desplazarse hasta el pueblo son más grandes, pero para los insulares el mar en si representa un grave problema a la hora de desplazarse a la península a nivel económico y de tiempo. Estos dos son los principales inconvenientes que se encuentran nuestros paisanos cada vez que por cualquier tipo de motivo: enfermedad de un pariente, vacaciones, tienen que "saltar como vulgarmente se dice el charco". Por estas circunstancias pienso que un hermanamiento sería la mejor medicina que podríamos usar para curar la nostalgia entre los que se encuentran lejos y por una u otra causa echan de menos a su pueblo y a sus familiares más cercanos y viceversa.
José Vte Navarro Rubio
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