POESÍA: LA ESQUINA DEL MOLINILLO Y SUS VIEJOS FANTASMAS

Fue para aquellos días
del año 1960,  o quizás 1961,
que mas da,
un año arriba o abajo
en estas nuestras vidas,
cuando vi quedarse
a la esquina del Molinillo
allí sola
a la entrada del pueblo
con sus soledades y tristezas,
calores y fríos,
blancores de los días,
negrores de las noches
y nieblas.
quizás también y se me olvidaban
alegrías guardadas
en viejos sacos de pita
en algún rincón de una cámara.

Mientras el autobús,
vaya nombre La Catalana,
comenzaba a dejar detrás de sí
las últimas casas de Pinarejo
sola se quedaba
la esquina del Molinillo
como en aquellos días
que los mozos de quinta
marchaban a los frentes de batalla
y a las  trincheras abiertas
donde vivirían como si fueran ratas
en las ciudades y campos de España,
y en las junglas de Cuba, Filipinas y África,
todo por ser pobres ¡vaya jugada!

Venían a la esquina del Molinillo
padres y madres
convertidos en esclavos de sus tierras
para recibir a sus hijos e hijas
que al pueblo regresaban
en esos días de tantas fatigas
en que se buscaba fuera de los confines
de esas tierras tan estimadas
algo llamado esperanza
con el que mitigar y desterrar
el mucho hambre y necesidades básicas
que en las casas se pasaba.

Y el autobús se alejaba
y quedaba sola y a la espera
de que todo fuera bien y funcionara
la esquina del Molinillo
y con ella muchos familiares y viejos fantasmas.

José Vte. Navarro Rubio